En el interior del cerebro de un hater
Conocer las características que definen a estas personas llenas de odio puede ayudarte a reaccionar ante ellos


Todos conocemos el dicho, y es que del amor al odio hay un paso. Así que hoy nos metemos de lleno en el cerebro del hater.
Pero primero de todo...¿Qué es un hater?
Es la palabra que se ha cogido del inglés para referirse a una persona que odia a otras, sobre todo en entornos digitales. Es una persona que suele tener bastante falta de compasión por los demás.
Primero vamos a analizar su perfil psicológico y después nos metemos de lleno en su cerebro. Según la web mundopsicólogos hay unas características básicas que definen al hater. Estas son:
La envidia: por raro que parezca, cuando una persona te está insultando deliberadamente en rrss lo que tiene es envidia. Siente que lo que tú tienes y él o ella no es injusto. Y es curioso porque al cerebro le duele mucho todo aquello que considera injusto, así que su manera de aliviar ese dolor es atacando.
El desprecio: ya hemos dicho que un hater suele tener falta de compasión, pero pueden llegar a tener también falta de empatía hacia los demás, y esto, dependiendo del nive, puede llevar a ser un rasgo de psicopatía. Y es que la persona está (no voy a decir tranquilamente, porque un hater no siente mucha paz en su interior), pero está escribiendo barbaridades a través de una pantalla, muchas veces sin plantearse en cómo eso le puede estar afectando a la otra persona.
La inferioridad: al final esta persona, comido por la envidia, siente que de alguna manera es inferior a ti, y su manera de lidiar con estos sentimientos de impotencia y ansiedad que le genera esa envidia es intentar bajarte a su nivel para sentirse ya no superior, sino igual.
Baja autoestima: todo esto revela la baja autoestima que pueden tener y porque actúan como actúan para saciar un poco su odio.
¿Cómo podemos reaccionar ante un hater?
Sería genial decir, “que te dé igual” y que eso funcionase. Pero la verdad es que comentarios de odio nos afectan, porque como hemos hablado en otros programas el rechazo social le duele al cerebro como si nos hubiesen dado una patada en la espinilla. Pero entendiendo también la motivación del hater para hacer los comentarios que hacer nos puede ayudar a relativizar y entender que ese comentario no te está atacando a ti directamente, que está intentando bajarte para ponerte a su nivel.
No hace falta que respondas a su mensaje, pero si lo haces intenta hacerlo con sentido de humor. Esta persona te está atacando, lo que quiere al final es bajarte de nivel, si tú menosprecias a esa persona lo está consiguiendo. Intenta darle la vuelta a la tortilla y entiende que ese comentario es en realidad un cumplido porque esa persona envidia algo de ti.
Cuidado aquí que no digo que se tenga que tolerar el bullying ni dejar que estos ataques se queden como una broma, porque no lo son. En mi caso (la verdad que no suelo tener casi ningún comentario de odio), pero si alguno cae y no quiero verlo, lo borro. Y a otra cosa. Si el comentario persiste se puede denunciar en redes, o exponerlo pero como hemos dicho sin que nos haga sangre.
El odio en el cerebro:
El neurocientífico Semir Zeki utilizó la técnica de resonancia magnética funcional (para ver el cerebro en vivo y en movimiento) de personas que habían expresado odio explícito a alguien, como a un ex-amante, a un compañero de trabajo, o incluso a un político.
Les metían en la máquina y les ponían fotos de esta persona. Es curioso porque entre otras áreas, una que destaca por su actividad es la corteza prefrontal, que es una estructura que está asociada al juicio y razonamiento que como hemos hablado en otras ocasiones, se desactiva en el amor (por eso se dice muchas veces que el amor es ciego, y en los primeros meses de relación sólo ves lo bueno de la otra persona). Pues esta área no se desactiva tanto cuando lo que sienten las personas es odio. Como si el odio requiriera conservar la capacidad de razonar para calcular mejor cómo proceder contra el odiado, o para mantener los pensamientos que lo alimentan y lo incrementan. Esa sed de venganza. Y es que cuanto más manifestaban ese odio hacia esa persona, más se activaban estas áreas cerebrales en las personas.




