Puesta de largo del Tour de Francia en Bilbao: del ¡aupa Athletic! de Pogacar a la celebración de Izaguirre si gana la primera etapa
El duelo entre Vingegaard y Pogacar marcará esta edición del Tour de Francia que comienza en Euskadi
Madrid / Bilbao
El esloveno Tadej Pogaçar, uno de los grandes favoritos al triunfo final en el Tour de Francia que comienza el sábado en Bilbao junto al danés Jonas Vingegaard, se ha ganado a las miles de personas que han dado calor a la presentación de la ronda gala en Bilbao lanzando un guiño que ha cosechado una de las mayores ovaciones de la tarde. "¡Aupa Bilbao, Aupa Athletic, Gora Euskadi!", ha lanzado el pupilo del vizcaíno Joxean Fernández 'Matxin' en su breve alocución sobre el espectacular escenario montado a los pies del Museo Guggenheim frente a la marea humana que ha desafiado a la lluvia, primero el típico sirimiri bilbaíno y luego más intensa, abarrotando el circuito montado en el Paseo de Abandoibarra.
Algo más comedido ha estado un Vingegaard que junto a Wout van Aert y el resto del Jumbo ha confesado unos minutos antes que su gran rival que será "un placer defender el título delante de esta gente increíble". Los aficionados han disfrutado durante cerca de una hora y media del desfile de los 22 equipos participantes encabezados todos ellos por leyendas del ciclismo vasco, la primera Joane Somarriba, triple ganadora del Tour femenino a comienzos del siglo XXI, encargada de guiar al Bahrein de dos de los ídolos locales, Mikel Landa, que ha prometido "intentarlo desde el primer día a tope", y Pello Bilbao.
El acto ha concluído con un reconocimiento al pentacampeón del Tour Miguel Indurain, que se ha llevado otra de las grandes ovaciones de la tarde. El navarro ha sido una de las estrellas que más ha brillado en una tarde de homenaje al ciclismo que ha reunido a figuras como Alejandro Valverde, con quien Indurain ha charlado amigablemente unos minutos, Marino Lejarreta, Haimar Zubeldia, David Etxebarria, Pedro Horrillo, David López, Joserra Uriarte Imanol Erviti, entre muchos más.
Los protagonistas, con Borja Cuadrado
Uno de los primeros en pararse en el micro de Borja Cuadrado ha sido Mikel Landa, ciclista del Bahrain Victorious, y que este sábado comenzará el Tour en casa. “Es muy especial estar aquí, estoy muy contento de vivir esta experiencia y espero disfrutar. Hasta ahora hemos disfrutado poco, mucha presión de la gente de casa, pero ya estamos en nuestra burbuja y empieza la fiesta”, ha apuntado el ciclista vasco. “¿Las primeras etapas? Aquí se puede liar, son etapas duras y si no estás preparado puedes tener un susto. Yo me veo en el podio, voy a intentarlo. Es un Tour con poca crono y creo que puedo estar ahí”, ha sentenciado.
Otro que corre en casa es Ion Izaguirre, del Cofidis. “Con la salida en casa, la motivación está a tope”, ha asegurado el ciclista, que incluso no se descarta para luchar por esta primera etapa. “¿Si gano la etapa? Me tiro a la ría”, ha bromeado Izaguirre. “Que te animen tanto por tu nombre… a mí me pone los pelos de punta, la verdad”, ha comentado.
Quizá el gran favorito español para estar en el podio de este Tour es Enric Mas. El corredor de Movistar ha declarado que este Tour es diferente. “Este tour, dentro de mí, es diferente. Tengo más confianza en mí mismo”, ha asegurado el balear a 48 horas de empezar. “Venimos a por el Tour y ojalá podamos estar de amarillo con alguno del equipo ya aquí en el País Vasco”, ha añadido. “Tengo muchas ganas de sábado, de empezar y de ver cómo va la etapa. Es dura. Luego hay otras que son complicadas en este Tour, hay varias en las que podemos poner una cruz y a ver si se nos dan bien”, ha sentenciado.
También corre en casa en Omar Fraile, el último ganador español en una etapa del Tour. Fue en 2018. “Para una persona de Bilbao y que siempre soñó con correr el Tour, que salga de aquí es muy bonito (…) Salir de Bilbao con etapa, maillot amarillo… sería perfecto”, ha apuntado el ciclista de Ineos. “¿Si llego como un tiro? Me encuentro bien. Las ganas y la ilusión las tengo y me encuentro muy bien. Ojalá este año cualquiera de nosotros o yo mismo nos vuelva a tocar ganar y rompamos esa racha de 2018”, ha sentenciado.
El último protagonista en pasar por el micro de Borja Cuadrado ha sido Egan Bernal. El colombiano vuelve al Tour de Francia tres años después en la que será su primera gran ronda después del accidente en enero de 2022, cuando chocó contra un autobús mientras entrenaba. "Es complicado marcarme un objetivo, la verdad. No sé exactamente en qué nivel estoy, pero mi idea es no perder mucho tiempo en esta primera semana y luego mirar dónde estoy y cómo está la situación. Todo sabemos como es la primera semana en el Tour, me gustaría estar en la lucha con los primeros y luego ver qué hacer", ha apuntado Bernal, que ya considera un triunfo volver a una gran ronda tras lo sucedido.
"Estar aquí es una gran victoria, pocas personas saben todo lo que he tenido que pasar para estar aquí. Me quedo con eso. Luego, obviamente, esto es el Tour, soy un corredor y me gusta ganar. Estoy en el mejor equipo del mundo y hay que luchar por la victoria", ha sentenciado Bernal.
El duelo Vingegaard-Pogacar
Antes de que las bicicletas bajen de los camiones para rodar por las carreteras del País Vasco, el duelo entre el danés Jonas Vingegaard y el esloveno Tadej Pogacar, los dos grandes favoritos para el Tour de Francia, ya ha comenzado. Los dos corredores que van a centrar la batalla de los próximos días han ido moviendo peones a lo largo de la temporada con la vista puesta en el escalón más alto del podio de París el próximo 23 de julio.
Entre ambos se reparten las tres últimas ediciones y dos de los tres segundos puestos, algo que con los 24 años del esloveno y los 27 del danés, augura unos cuantos años de rivalidad por todo lo alto. Pero en las últimas semanas han tratado de pasarse la presión para intentar llegar en las mejores condiciones a la carrera. Todo les separa a estos dos ciclistas originarios de países poco acostumbrados a tener campeones ciclistas, pero que se han ido haciendo un hueco entre los mejores. Mientras Vingegaard es tímido e introvertido, sus declaraciones son planas, a Pogacar le gusta aparecer como un ciclista valiente y ambicioso que no oculta sus cartas.
Junto a figuras como Kylian Mbappé o Carlos Alcaraz, forma parte de una generación que no abraza la modestia que han tenido otros grandes campeones. Pero el esloveno ha dejado claro que esta ocasión el defensor del título es el favorito, no solo por su condición de ganador de la pasada edición, también porque él llega con un saco de incertidumbre ligado a su lesión en la muñeca sufrida en la pasada Lieja-Bastona-Lieja. Hasta esa desgracia, el ciclista del UAE había completado una temporada increíble, con doce victorias en 18 días de competición que habían vuelto a poner de moda las comparaciones, ya recurrentes, con el 'caníbal' Eddy Merckx.
La Vuelta a Andalucía y la París-Niza, con tres triunfos de etapa en cada una de ellas, fueron el prólogo de una actuación brillante en las clásicas, con triunfos en Amstel Gold Race, la Flecha-Valona y la obra maestra firmada en el Tour de Flandes frente a los grandes especialistas en la materia. Una progresión que se vio bruscamente frenada el 23 de abril en el kilómetro 84 de la Lieja, cuando se vio implicado en una caída con el danés Mikkel Honoré, la primera de su carrera profesional, que le provocó una fractura en el escafoides y dos meses y medio sin competición.
Desde el mismo día de la caída, un terremoto en el mundo del ciclismo, su objetivo pasaba por recuperarse para el Tour, algo que fue paulatino y que tuvo fases de desesperación, según confesó el ciclista en una entrevista al diario L'Équipe. Pogacar no pudo participar en la Dauphiné, que en su calendario figuraba como la última etapa para poner a punto en motor de cara al Tour y en el que, casi sin rival, Vingegaard logró un triunfo de prestigio.
El estado de forma del esloveno es, por tanto, un interrogante en los días previos al inicio de la prueba y tanto él como el UAE se obstinan en afirmar que la presión está del lado del danés. El corredor ha aprendido las lecciones del año pasado, cuando su exceso de arrogancia acabó por pasarle factura en las rampas del Granon, donde una ofensiva masiva y coordinada del Jumbo encumbró a Vingegaard. "Creo que estoy en forma para el Tour, pero mi forma de afrontarlo es totalmente diferente al año pasado. Cuando defiendes el título no tienes la misma presión que cuando tienes que reconquistarlo. Me encuentro muy tranquilo, no tengo nada que perder", asegura.
El danés asegura que llega en el momento de forma que se había planteado, pero desconfía de los movimientos de su rival para poner la presión sobre sus espaldas. "Poco importa quien diga quién es el favorito, lo importante es quien esté en la mejor forma, nos vamos a hacer un buen marcaje. No importa lo que diga el otro, importa como respondas. Yo también podría decir que él es el favorito", afirma el corredor del Jumbo. El duelo está por todo lo alto y tiene tantos voltios que ha eclipsado al resto del pelotón, a quien pocos otorgan opciones de subirse al primer escalón del podio de París.
“Pogacar es un tipo muy normal, muy simpático y viene a ganar el Tour de Francia”
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Joane Somarriba: la primera en un pelotón de hombres
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