"Se puede superar en el sentido de que puedes aprender a vivir con ello. Pero esa herida se queda"
El podcast 'Somos INsumisas' analiza la sumisión como medio de agresión sexual a través de narraciones en primera personas
Somos INsumisas
24:10
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En una de cada tres violaciones cometidas en España en el año 2021 las víctimas fueron sometidas a sumisión química. El alcohol, las drogas u otro tipo de fármacos se utilizaron para que las víctimas alcanzaran un estado de inconciencia o seminconsciencia. En el 90% de las agredidas fueron mujeres. Este jueves, en 'El club de la escucha', conocemos 'Somos INsumisas', un podcast narrativo ideado, escrito y dirigido por Raquel Martín Alonso, coordinadora de proyectos de RTVE Audio, que analiza la sumisión química como medio de agresión sexual.
La serie, que ya está disponible en todas las plataformas digitales, consta de cuatro capítulos y recoge testimonios de tres víctimas de sumisión química y de expertos que aportan datos. En muchas ocasiones, no hay videos, ni testigos, ni registros de ningún tipo que demuestren la realidad de lo ocurrido. Por tanto, es frecuente que, a pesar del daños, ni siquiera haya una reparación judicial. "Ahora la sumisión química sí se considera entre las agresiones sexuales, que esto no se hacía", ha puntualizado Matín Alonso.
"A medida que vas entrando más en el tema te vas dando cuenta de que hay diferentes tipo de sumisiones químicas y de agresiones sexuales", ha advertido Alonso. Muchas de estas historias empezaron en una noche de celebración y terminaron en la pesambre más absoluta. La ausencia de recuerdos, el dolor en todo el cuerpo y las secuelas psicológicas son sólo algunas de las consecuencias que deja la agresión sexual en las víctimas. "Se puede superar en el sentido de que puedes aprender a vivir con ello. Pero esa herida se queda", ha sentenciado Martín Alonso.
"No podía controlar mis impulsos ni quién soy yo"
Loida Hernández, una de las dos hermanas que forman el dúo K-narias, fue víctima de sumisión química hace casi veinte años y ha querido contar su experiencia. "Cuando pasó eso lo primero que yo sentí es que estaba todo muy nubloso. No podía controlar mis impulsos ni quién soy yo", ha relatado en el podcast. "Necesitaba pedir ayuda pero mi cuerpo no me lo permitía", ha añadido. "Ella sigue todavía en terapia. El cuerpo tiene memoria y aún tiene dolencias física", ha apuntado Alonso Martín.
"Son algunos de los fármacos, en cuanto a psicofármacos, más prescritos en nuestra sociedad"
El caso de Loida se enmarca en un tipo de sumisión química relacionada con el alcohol. Pero los agresores sexuales también utilizan otro tipo de sustancias con sus víctimas. Por un lado, se encuentra sumisión química criminal proactiva, que es intencionada y que, por tanto, el atacante busca que la sustancia sea fácilmente soluble. Los ansiolíticos son un claro ejemplo. "Son algunos de los fármacos, en cuanto a psicofármacos, más prescritos en nuestra sociedad. Eso hace que sean fácilmente accesibles para el agresor", ha relatado Martín Alonso en el podcast.
Por otro lado, hay agresores que, sin administrar sustancias a las víctimas, se aprovechan de una situación de vulnerabilidad provocada por el alcohol u otras drogas para abusar sexualmente de ellas. No hay una droga exclusiva para violadores. De hecho, el alcohol es la sustancia más utilizada en la sumisión química. Entre el 80 y el 90 de los casos que se analizan se detecta alcohol en la sangre de las víctimas.
La sumisión química está detrás del 38% de las agresiones sexuales en Madrid
08:26
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