Opinión

Votar a las izquierdas para cambiar de aires

Todos sabemos ya qué nos puede ocurrir, y nada nos alienta a encogernos de hombros y señalar que este asunto no va con nosotros

Votar a las izquierdas para cambiar de aires

Madrid

Hace aproximadamente un año me despedía de este curso declarando que la atmósfera estaba putrefacta y que de nosotros dependía mejorarla. De nuevo estoy a punto, como muchos, de cambiar de aires para desconectar, y las miasmas ponzoñosas que envenenan el ambiente se han espesado aún más y, en gran parte de nuestros territorios, ya no son una amenaza, sino una realidad apabullante.

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Más que nunca es necesario que soplemos para alejarlas, como más que nunca son imprescindibles los buenos periodistas, por encima de los buenos sirvientes. Hay que cambiar los aires, y votar a las izquierdas será lo más parecido a soplar. A soplar mucho.

Todos sabemos ya qué nos puede ocurrir, y nada nos alienta a encogernos de hombros y señalar que este asunto no va con nosotros. En lo que a mí respecta, deposité mi voto por Correo, mi muy preciada carta de amor al futuro, a mediodía del lunes. Es decir, que la fantasmada, el debate-estafa, no influyó en mi elección para nada.

No sé si hay indecisos entre quienes tenéis la amabilidad de escucharme, pero si por casualidad me escuchan los muy puros, empecinados en sus rencores, me vais a permitir que os dedique la primera estrofa de una canción compuesta, hace tiempo inmemorial, por alguien del Opus Dei:

"Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza".

Cambiad dios por ego y belleza por bajeza y podréis cantarla en la secta.

¡Pasad un buen verano, gente! Y a ver si soplamos con fuerza.

Maruja Torres

María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16...