"El vendedor que más ha usado Wallapop es un andaluz que ha vendido más de 4.800 objetos en diez años"

Madrid

Wallapop tiene sus rutinas, sus normas y su historia. La plataforma dedicada a la compra venta de productos de segunda mano entre usuarios cumple diez años. Nació en Barcelona en 2013 y revolucionó la forma de comprar - y consumir - de los españoles. Si hubiera que resumirlo mucho, Wallapop nació cuando la segunda mano sólo existía para vender coches y pisos. Ahora, eso está completamente superado. "Lo último que compré en Wallapop fue un robot de cocina", recuerda Edurne de Oteiza, directora de Gestión e Innovación de Wallapop.

De Oteiza conoce bien la historia de la plataforma y el funcionamiento de un engranaje que tiene dinámicas muy asentadas. "El día fuerte son los lunes, la vuelta al cole es el momento de mayor actividad y el 'prime time' son las ocho de la tarde", resume De Oteiza. Esa intensa actividad es la que ha llevado a Wallapop a cumplir su décimo aniversario con un valor de mercado de 771 millones de euros y una facturación de 72 millones de euros al año. Wallapop, además, es un filón de anécdotas: gente que compra vagones de trenes o nueras que acaban vendiendo a sus suegros los vestidos que le regalaron . Incluso los usuarios pueden convertirse en noticia, como el usuario andaluz que tiene el récord de ventas: 4.800 productos en diez años.

La compraventa de productos de segunda mano en España se ha asentado y no hay un sesgo económico entre los que optan por esta plataforma. Aun así, sí se ha notado el escenario económico actual: "La reutilización se nota en épocas inflacionistas", aclara De Oteiza. Aunque en España, los usuarios han perdido el miedo a comprar de segunda mano, el principal freno sigue siendo "la comodidad". El usuario quiere que sea fácil comprar y vender y ese es el principal objetivo para la plataforma.

En estos años, los usuarios se han profesionalizado. Ya se ven menos camisas arrugadas y menos fotos de mala calidad. De alguna manera, es como si los vendedores hubiesen aprendido qué exige el mercado. Los productos de electrónica vuelan, pero todo tiene salida. Edurne de Oteiza recuerda que "los productos que tienen peor salida son los que no están con un precio a nivel de mercado" y reconoce que desde Wallapop todavía tienen margen de mejora para "ayudar a los usuarios a vender mejor y más rápido".