"Sería absolutamente mortal": médicos de familia alertan sobre las consecuencias de llegar en verano a los 50 grados

Madrid

La Sociedad Española de Medicina General alerta de los graves problemas que se producirían si alcanzáramos temperaturas en el entorno de los 50 grados, algo que parece cada vez más cercano. "El cuerpo humano está para soportar hasta 40 o 43 grados con mecanismos de adaptación. Pero de una forma continuada, esa temperatura no podría resistirla ningún ser humano", afirma Lorenzo Armenteros, médico de familia y portavoz de la sociedad.

"Tendrían que pasar siglos para que el cuerpo humano se adaptase a temperaturas de ese límite", afirma. Y es que las consecuencias de una exposición relativamente prolongada a esas temperaturas serían "devastadoras": "La sangre se calentaría de una forma extrema, el aire se haría también muy caliente y se podrían producir un trastorno en la circulación sanguínea con problemas cardíacos, incluso de transmisión dentro del corazón, que sería uno de los órganos más afectados por la sangre caliente", avisa Armenteros.

Pero hay más: "Ese aire caliente del ambiente podría provocar daños en incluso en las vías respiratorias. Al fallar el sudor se podrían producir trastornos hidroelectrolítico en nuestro organismo. La falta de agua daría problemas en el riñón, provocando una insuficiencia renal", explica el portavoz de la SEMG.

"¿Sería mortal? Absolutamente"

De ahí, de esa insuficiencia renal, Armenteros explica que "la falta de minerales de transmisión daría lugar a arritmias, a pérdida de conocimiento y en muchos de los casos se produciría un trastorno metabólico grave, un fallo multiorgánico y llevaría irremediablemente, seguramente a la muerte de mucha gente, porque no seríamos capaces de adaptarnos a una temperatura así".

"Destruiría también los mecanismos de las células. Las células se romperían por el calor. ¿Sería mortal? Absolutamente", concluye el doctor Armenteros.

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Además, explica que afectaría a todos los órganos de nuestro cuerpo "desde la piel a nuestros ojos. A 50 grados, se nos secaría la lágrima que permite hidratar los ojos y nos iríamos quedando ciegos. No tendríamos saliva y no podríamos tragar".

El calor, en general, es especialmente preocupante para aquellas personas más vulnerables. Pero en casos de calor extremo, la peligrosidad es para todos: "No afectaría solo a aquellos más débiles o más mayores o con tratamientos crónicos. Afectaría a toda la población".