Nuevo golpe a los derechos de las mujeres en Afganistán: cierran las peluquerías y los salones de belleza, los últimos lugares donde podían ser libres en la vía pública

Madrid

Las peluquerías y los salones de belleza femeninos, uno de los últimos lugares donde las mujeres afganas podían hablar o trabajar en libertad, deberán cerrar sus puertas en todo el país antes del 25 de julio, según el Ministerio talibán de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio. Una nueva restricción que afecta a las 34 provincias del país, y que solo en Herat, al oeste, cerrará al menos 2.500 establecimientos. Además, según datos publicados por la BBC de la Cámara de Comercio e Industria de Afganistán, al menos 60.000 mujeres van a perder sus trabajos. Los salones de belleza en el país son vistos por las mujeres como un lugar seguro para reunirse y socializar lejos de los hombres y desaparecerán, lo que supone un nuevo golpe para los derechos de las mujeres en Afganistán.

Las libertades de las mujeres se han visto drásticamente reducidas desde que Occidente abandonó el país y los fundamentalistas tomaron el poder en 2021

Esta nueva norma impuesta por el régimen talibán es un nuevo golpe a la libertad y los derechos de las mujeres que se suma a las ya establecidas desde que los fundamentalistas tomaran Kabul en agosto de 2021. Por ejemplo, las mujeres tienen prohibido desde diciembre ir a la escuela secundaria o a la universidad. “Queremos estudiar. Suplicamos a los talibanes que nos dejen ir a la escuela", dice una niña afgana en un video publicado en redes sociales mientras rompe a llorar.

Las mujeres tampoco pueden trabajar en la Administración, las fuerzas de seguridad, los bancos, las ONGS o las Naciones Unidas. Pero la lista continua. Las mujeres no pueden acceder a los parques ni a los jardines públicos, no pueden salir solas a la calle o ser atendidas en los hospitales por hombres. Además, están obligadas a llevar un burka que cubre todo su cuerpo y su rostro en público. Una medida que provocó muchas manifestaciones en el país y que el régimen talibán disperso con violencia y disparos.

En la actualidad, la ayuda humanitaria es el único contacto del exterior con Afganistán

Ana Ballesteros, investigadora asociada del CIDOB, asegura que los talibanes no tienen ningún tipo de límite con los derechos de las mujeres: “No hay barbaridad contra las mujeres que no hayan cometido. Ellos pretenden hacer leña del árbol caído como muestra del desprecio que sienten por los valores que consideran que llegaron de fuera, tanto de los ocupadores como del gobierno anterior".

Además, Ballesteros afirma que para la comunidad internacional la situación en Afganistán es un dilema: “No saben cómo actuar porque no se ha establecido una previsión previa. No pensábamos que la situación en Afganistán fuera a llegar hasta este punto". La ayuda humanitaria de ONGS, como Naciones Unidas, es la única forma de conexión con el país afgano en la actualidad.

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