La Hora Extra
Ocio y cultura

Patricia Almarcegui: "Menorca y España son lugares seguros, eso vale dinero y hay que protegerlos del turismo"

La escritora publica 'Las vidas que no viví', una carta de amor a Menorca y a Irán. La novela nos cuenta el encuentro de dos mujeres, una menorquina y otra iraní, que comparten más de lo que creen en contextos y momentos diferentes de la historia

Patricia Almarcegui: "Menorca y España son lugares seguros, eso vale dinero y hay que protegerlos del turismo"

El territorio y la historia nos moldean, configuran nuestra identidad. Esos lugares que habitamos, aunque sea de paso, conforman quienes somos y quienes serán los que en un futuro los pueblen. Patricia Almarcegui, escritora y profesora de Literatura Comparada, es de Zaragoza, vive desde hace diez años en Menorca y se ha pasado la vida viajando, investigando y escribiendo. Sobre todo por Irán, país que conoce bien y por el que siente un amor que se respira en su escritura.

'Las vidas que no viví', con la editorial Candaya, es su última novela. Nos cuenta la historia de Anna y Pari, dos mujeres que se encuentran en Menorca, en torno a un hotel abandonado y ocupado, y un huerto rescatado del olvido. Anna, originaria de la isla, regresa ahora en medio de una crisis íntima, después de muchos años fuera. Pari llegó desde Irán tras abandonar su vida anterior, y espera la posible llegada de un visitante.

Portada de 'Las vidas que no viví', de Patricia Almarcegui

Portada de 'Las vidas que no viví', de Patricia Almarcegui / Candaya

Portada de 'Las vidas que no viví', de Patricia Almarcegui

Portada de 'Las vidas que no viví', de Patricia Almarcegui / Candaya

Alrededor de unas 60 personas de nacionalidad iraní viven en las islas Baleares. Están repartidos entre 12 municipios. Hay turistas iraníes o de procedencia iraní que tienen casa en la costa sur y que viajan para pasar las vacaciones. Llegan desde Europa, Inglaterra y Francia, sobre todo, aunque el lugar preferido de los iraníes de clase alta para vivir y veranear es en primera línea del océano de Vancouver. También hay iraníes que compran el visado oro por si lo necesitaran de pronto, extenuados por la situación del país, y no llegan a utilizarlo. [...] En los últimos años han pasado entre 20 y 30 iraníes por Menorca de camino a Europa.

Llevas 10 años viviendo en Menorca y muchos años recorriendo también irán, este libro me ha parecido, por encima de todo, una carta de amor a esos dos lugares, a esos dos mares, el Mediterráneo el Caspio, a sus costas...

Sí, hay mucho amor, desde luego, dos grandes temas en ese libro es Menorca e Irán. Los lugares nos hacen, nos condicionan, nos generan voces y ahí sí, hay mucho amor, son mis dos lugares.

¿Qué tienen en común Irán y Menorca? Porque dicen que no somos tan diferentes los españoles y los iraníes.

No, no somos tan distintos, siempre es complicado hablar de estas analogías, hay diferencias, pero diríamos que las dudas que nos generan los grandes temas de la humanidad son las mismas dudas en Oriente y Occidente y también en un caso como en otro, tanto en Menorca como en Irán, los habitantes tienen que lidiar con acontecimientos históricos que no tienen nada que ver con ellos, pero que han ido modulando y modelando su destino. En eso nos parecemos también.

¿Qué tienen estas dos mujeres de ti o cómo has construido estos personajes y sus historias?

Bueno, todo lo que una escribe tiene que ver con ella, pero también las identidades están formadas por mil y una identidades, lecturas, culturas, genéticas, aproximaciones, ¿no? Entonces obviamente tienen que ver con conmigo, porque el azul y el verde también tiene que ver conmigo, una la construye bajo su mirada, pero también tienen que ver con esa treintena de entrevistas que hice a esas mujeres. Y son unas voces de las cuales he utilizado algunos acontecimientos, muy poquitos al final, pero me han estado hablando, han estado detrás de mí en esos cinco años que ha durado la construcción de la novela. Pero es que en la escritura todo se diluye, decía Kafka que cuando escribimos, estamos en la mano de los otros y de las otras, pues así es. Y en la mano de los fantasmas.

Más de 30 entrevistas, ¿qué preguntas les hacías?, ¿qué te interesaba saber o qué les interesaba a ellas contarte?

Casi siempre momentos en los que ellas se habían sentido en inferioridad de condiciones con respecto a tantas cosas, en diferentes contextos, el trabajo y esa inferioridad de condiciones, en relaciones sentimentales, en maternidad, cuándo habían sido madres, algo que me ha interesado mucho porque es un tema muy potente, la familia. Y entonces ahí salían acontecimientos impresionantes de esas diferencias que tienen que ver con el género de cada una de ellas y de sus hermanos y la manera en que se les había tratado diferente tanto en Irán, como en Menorca, como en Japón, como en París o en Francia.

Son dos mujeres que, en diferentes contextos, comparten que están solteras, que han sentido mucha soledad en su vida y que su vida ha estado también marcada por el machismo o por el comportamiento tóxico de los hombres que le han rodeado, sobre todo en Irán, pero también aquí.

Efectivamente y hay que pensar que son dos generaciones diferentes, 75 años más o menos y 35. Y realmente eso sí que me interesaba, después de hacer las entrevistas, que todas las mujeres en un momento determinado, da igual de dónde vengan, la edad que tengan, frente a los mismos acontecimientos hay casos de discriminación y hay casos de dudas y siempre son esos grandes acontecimientos.

Empezábamos esta temporada en La Hora Extra entrevistando a Parinoush Saniee, que nos decía que el futuro de Irán pasa por las mujeres, más hoy que hay cada vez hay más hombres apoyando las protestas de las mujeres, y en segundo lugar que Irán necesita a todos esos y esas que han huido, abandonado el país. ¿Estás de acuerdo?

Sí, Irán también necesita que todas las mujeres, que el feminismo potentísimo que hay en Irán, tenga voz y tenga más visibilidad. Porque es verdad que también las mujeres iraníes se quejan desde dentro a veces y dicen oye, que nos dejen en paz, que no nos digan que tenemos que llevar un velo blanco o que no nos inviten a exposiciones o a programaciones de cine y nos digan desde fuera aquello que tenemos que representar o de lo que tenemos que hablar. Ya vale de que nos pidan una fotografía de una mujer con chador entrando en el mar. Ellas quieren hablar de lo que pasa aquí y la mujer quiere hablar de la ciudad, quiere hablar de las rosas, quiere que les den voz, pero desde dentro, no desde fuera. Esto no pasaba antes y hay que atender, dar esa visibilidad a lo que ocurre allí.

Patricia Almarcegui presenta 'Las vidas que no viví' en La Hora Extra

Patricia Almarcegui presenta 'Las vidas que no viví' en La Hora Extra / Daniel de la Fuente

Patricia Almarcegui presenta 'Las vidas que no viví' en La Hora Extra

Patricia Almarcegui presenta 'Las vidas que no viví' en La Hora Extra / Daniel de la Fuente

Anna y París van recordando su infancia. ¿Los días más felices de nuestra vida están en la infancia, en esos fines de semana, en esas vacaciones, en el mar, en los huertos y jardines?

Probablemente, como todo, es una proyección la infancia. Yo creo que tal y como cumplimos años, vamos proyectándola con una lente de aumento y como nunca va a volver, eso sí que no va a volver nunca, pues vamos construyendo un paraíso. Pero es lo que queda y cuando somos mayores también, lo que más queda, incluso a las personas que pierden la memoria, es esa memoria lejana, curiosamente la infancia, por algo será.

A propósito de la infancia que nunca va a volver, te planteo una pregunta que aparece en el libro: ¿qué pasa cuando se termina lo que más se desea?

Bueno, es uno de los temas del libro. Porque son dos mujeres que al fin y al cabo tienen movilidad, me interesa el tema de la movilidad, que se han movido porque han podido. Han elegido también sus decisiones, la mayor parte, entonces, ¿qué pasa cuando tus deseos se hacen realidad? Lo voy dejando ahí, son un ejemplo las dos de lo que va pasando y cómo van construyéndose y reconstruyéndose en función de esas decisiones que han tomado.

¿Realmente son las vidas que han elegido vivir o no vivir o el destino también las ha determinado mucho?

Sí, las ha determinado el destino y además hablemos de lo político, lo histórico las ha determinado, como nos determina totalmente, eso también quería que estuviera presente. Eligen las vidas que quisieron vivir, pero es verdad que muchas cosas no las vivieron, de ahí las vidas que no viví. De la misma manera que hay otros personajes que aparecen, que no pudieron vivir todo lo que quisieron. Esa determinación puñeteramente política e histórica, cuando también es nefasta y negativa, pues claro que obliga a vivir de una manera que podría haber sido otra manera. A mí me gusta decir que hubiera sido de mi vida, si yo nazco, por ejemplo, en el Yemen. Qué hubiera sido de mi vida, una mujer en el Yemen. Eso lo tenemos que tener siempre muy en cuenta.

En Cuadernos del Japón decías que la belleza es un acto político. Aquí hay mucha belleza y mucha política. Vamos con la belleza. A propósito de el jardín y la huerta, es un libro muy sensitivo. Está escrito en negro sobre blanco, pero tiene muchos colores. Colores, flores, plantas, animales... hay un homenaje en el libro a la huerta, al jardín, a meter las manos en la tierra y removerla. No sé si practicas la permacultura, pero el espíritu del libro es un poco ese: "Eso era el jardín. Aprendí a mirar, a entender que las cosas nacen y mueren. Papá y mamá me enseñaron a oír como llegaban la primavera y el invierno." La importancia de observar, de aprender de nuestro entorno, de conectar con la naturaleza.

Pues sí. Tuve la suerte de tener una madre que en Zaragoza intentó de un desierto tener algo, porque Zaragoza es bastante desértica, y tiene que ver. Pero en el libro hay muchas lecturas, a veces juego y extraigo un sintagma de un verso de un poeta iraní y lo suelto ahí, a ver cómo queda, qué pasa. Pero hay mucho amor por la tierra, es muy significativo y bueno, te agradezco muchísimo que digas la huerta, porque así tendría que haber sido, que feminices lo que es el huerto y el hortal, olé, olé, a partir de ahora hablaré de la huerta, qué puñetas.

Hay un recorrido en la novela de numerosas playas, calas, rincones de Menorca. ¿Cuál sería el paraíso del jardín en Menorca?

No sé si contestar, como es una pregunta retórica, eso lo dejo al futuro y a lo futurible, porque también en el libro queda abierto. El jardín debe transformarse precisamente por la crisis climática. A lo mejor no puedes tener muchas albahacas en el jardín porque consumen tres o cuatro veces más que un geranio. Hay que darle una vuelta a eso y ahora que están vendiendo multitud de propiedades, porque dicen que Menorca es tan barato, grandes jardineros están diseñando jardines maravillosos. Pero hay que darle una vuelta también al tipo de planta que hay que poner, porque la crisis climática nos ha cambiado. Y también con la literatura que hay de jardín, hay que ir hablando de esto, nuestro jardín va a ser diferente y a lo mejor tiene que ser una pared seca. La mirada sobre el jardín tiene también que cambiar y la mirada sobre la naturaleza tiene que modificarse en una crisis climática.

"Es tan barato vivir en Menorca", dices que dicen. En todo el libro, pero sobre todo al final, hay un alegato político contra el capitalismo: la masificación, el turismo, la gentrificación, el precio de los alquileres prohibitivos, de las casas, de los hoteles, quién ocupa esos lugares de ensueño y quiénes son expulsados de ellos. ¿Es lo que vives en Menorca?

Sí, y de esto hace muy poquito, que además está saliendo la gente a la calle diciendo que esto no puede ser así. Estamos frente a una gentrificación de alto poder adquisitivo, aunque como ya he dicho antes, a ellos les parece muy barato, porque esto se ha oído en Mallorca, que donde hay que comprar ahora es en Menorca, que está baratísimo. Tenemos que pensar que hay un turismo que compra y compra porque Menorca es una isla bellísima, es un lugar barato y algo sobre lo que quería hablar es eso. Que Menorca es segura, España es segura y los sitios seguros valen dinero y están siendo buscados, porque ya no te puedes ir de vacaciones a Tel Aviv, no puedes veranear en La Corniche de Beirut ,no puedes irte incluso a Córcega. Los lugares seguros hay también que defenderlos por parte de una serie de políticas y darse cuenta de que llegan unas personas que ya no pueden comprarse en la Provenza, por ejemplo, por 6 millones de pesetas un espacio para hacer agroturismo, pero lo compran en Menorca porque está muy barato. Todo eso hay que protegerlo, hay que protegerlo. Y luego bueno, se han creado una serie de espacios culturales estupendísimos que han hecho que la isla cueste más dinero a sus propios habitantes, y luego llega octubre y los cierran. Se cierra y no se abre hasta junio, así que van creando espacios que dicen que es para el bienestar de los menorquines y están cerrados en invierno. ¿Qué va a disfrutar un menorquín de esos lugares? Bueno, eso está allí en el libro siempre así como suelto, pero está.

Hablas de sexo: "Hay una situación en la que me he sentido en inferioridad de condiciones con respecto a los hombres: el sexo. Tardé mucho en entender su mirada, su deseo". Y de maternidad. Recoges en el libro lo que Anna dice que son los únicos versos que conocía entonces sobre estar embarazada. Hay un boom de libros sobre maternidad, embarazo, ¿pero falta más poesía sobre estar embarazada?

Sí, luego ha habido, desde hace algunos años ha habido más poesía sobre qué sientes ya con la criatura, con el bebé y tal, pero qué poema maravilloso ese de Maria Mercè Marçal, brutal. Cuando yo leí a Maria Mercè Marçal hace igual ya veinte años. me quedé alucinada porque no conocía ningún poema que hablara sobre el estar embarazada. Piezas de arte que hablaban del tema sí, pero poesía no y bueno, Maria Mercè Marçal además habla del cuerpo, de hiedra y luego llamó a su hija Hiedra (Heura). O sea que te está arrancando las entrañas, pues tenía que estar allí no.

¿Y de sexo?

Bueno, el sexo es una cosa que surgió en esas entrevistas, hablando de inferioridad de condiciones. Yo es verdad que quería llegar también a esa sexualidad, cómo se habían sentido todas estas mujeres y en un momento determinado una de ellas me dijo que había tenido que enseñar a sus parejas hombres cómo quería hacer el amor, cómo quería que fuera la sexualidad. Y lo he construido literariamente, yo lo quiero así y quiero que ocurra esto y quiero que sea así, entonces bueno, me pareció como una una cosa que se habla menos. Ahora se habla más, pero me pareció muy bonita y lo construí literariamente de ella diciendo 'oye, yo quiero placer y el placer no es el que tú crees que me estás dando, mi placer va por otros lados'. Y le va como mostrando.

Qué importantes, a propósito de la maternidad, las relaciones maternofiliales en las dos historias. Relaciones madre e hija, qué les contamos y qué les ocultamos... el papel de la mujer en la familia y cómo ha cambiado el amor de los hijos hacia los padres a lo largo de las generaciones. "Yo no quise a mi padre, pero vosotros sois de otra manera". Hoy muchos quieren a sus padres más de lo que ellos quisieron a los suyos.

Sí, la familia tenía que estar ahí. Y es verdad, hay un cambio brutal. Es que hay un cambio de no haberse entendido, a haberse respetado, escuchado y respetado y ahora mismo se tiende a tener una amistad con los hijos y con las hijas. Y eso ha sido, joder, en 70 años.

La historia de estas dos mujeres está trufada de otras historias. Historias que han marcado a la propia isla en sí, historias que han marcado también a quienes hoy habitan esa isla. Hay historias reales de naufragios, el libro empieza con uno, hay tragedias marítimas, hay guerras, invasiones, colonizaciones. Repasas la historia de Irán también. ¿Cuál ha sido el proceso de selección de esas historias?

Bueno, claro, como el libro son dos mujeres que van conversando o son dos voces como si conversaran entre ellas hablando en primera persona y vamos reconstruyendo sus vidas, esa tercera voz fue apareciendo. Y era una manera como si las dos también se contaran cosas sobre lo que es Menorca para esa menorquina y lo que Irán es para mí que soy iraní. Entonces, en el caso de Menorca enseguida surgió el surgió el naufragio. Vivo muy cerquita de Ciutadella y el naufragio está muy presente, el tema del 9 de juliol, el año de la desgracia es bestial, lo de las 60 galeras turcas que diezmó la isla, se llevó a 4.200 personas, de 5.000 que vivían, a Estambul. Eso tenía que estar presente. Luego el tema de la naturaleza desbordada, que es muy bestia, la catástrofe natural. Lo digo aquí, no lo he comentado hasta ahora, tiene que ver con mi casa, el diluvi pasó por mi casa en septiembre y bueno, fue tremendo, aún nos estamos recuperando de ese diluvi, no hablo más porque aún me duele hablarlo y está escrito ahí. Y lo de Irán, decidí que las dos voces tenían que ser coherentes. Oye, si pones cuatro cosas de Menorca, hay que poner cuatro cosas de Irán. Paseando, de pronto dije: ostras, me gustaría hablar sobre el último monarca kayar, que le regalaron a los 11 años una cámara fotográfica y la que la genealogía visual de Irán le pertenece a monarca kayar. Luego el incendio del Rex en Abadán, que es bestial y dije bueno, esto lo voy a contar desde dentro. Y luego Forugh Farrojzad, la poeta, que la quiero mucho

¿Y no te has quedado con ganas de más? Yo me he quedado con ganas de más

Pues te agradezco que lo digas, también lo dicen con otras cosas mías. Salen así, voy muy lenta, me cuestan mucho. Buscaba sobre todo la intensidad en todas esas voces y luego me quedo exhausta, no hay manera de que me salgan más gordas las cosas.