El riesgo de hacer decir a la Constitución lo que no dice

Como se cita tanto la Constitución, algunas cosas. La Constitución no dice nada de la lista más votada. Ni siquiera dice que el presidente del Gobierno tenga que ser un diputado. Lo que pone es que el Rey propone un candidato y el Congreso lo vota. Eso no es llevar al límite la Constitución, eso es la Constitución: votan los diputados. Ni siquiera en 1978 hubo discusión. ¿Saben, como mucho, qué debate tuvieron los constituyentes?

Se abordó esto: si tenía que ser el Rey o, en cambio, el presidente del Congreso el que propusiera al candidato. Esto lo planteó el diputado de Esquerra Republicana, Heribert Barrera. Es julio de 1978. Y verán: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, uno de los ponentes de la Constitución, le contestó así en el pleno: que al haber una investidura que vota el Congreso tiene -y es textual la frase- todo el aval democrático.

Nadie cuestionó el modelo, que está basado en la representatividad. Y esa es la clave de nuestro sistema: los diputados elegidos representan la voluntad popular. Lo explicó, en aquel mismo verano de hace 45 años, otro de los ponentes de la Constitución: Manuel Fraga.

Para hacer la Constitución discutieron cómo debería ser el sistema electoral -que luego ellos no aprobaron-, discutieron si al Rey le haría falta un consejo de asesores. Pero nadie discutió que preside el Gobierno quien tiene el aval democrático de la Cámara, que es lo que ocurre las comunidades.

Hoy puede debatirse con quién se pacta, cómo de estables, transparentes y fiables son esos pactos, a cambio de qué se hacen... Pero eso es otra historia, eso no tiene que ver con hacer decir a la Constitución lo que no dice y lo que sabe todo el mundo. Pero no tendría sentido que hiciera falta leer la Constitución a quienes se definen como los más constitucionalistas.