Artur Segarra, el precedente clave en el caso Daniel Sancho: el rey de Tailandia ya perdonó la pena de muerte a un descuartizador español
Los crímenes graves se castigan con la pena capital en Tailandia, pero el perdón real puede librar a los reos de su muerte
El chef español Daniel Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho, ha entrado en prisión este lunes después de confesar haber asesinado y descuartizado al cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia. Mientras la policía tailandesa continúa con las labores para esclarecer todos los detalles sobre el supuesto crimen, el joven, de 29 años, ha justificado que "era rehén de Edwin" y que este le obligó a "hacer cosas que nunca hubiera hecho".
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El español está acusado de asesinato premeditado, ocultación y sustracción de partes del cuerpo de la víctima para encubrir su muerte. En circunstancias normales, estos cargos pueden castigarse con entre 15 y 20 años de cárcel, pero la gravedad del caso puede conllevar pena de muerte, castigo aún vigente en el país asiático. Para evitar la ejecución, el equipo legal de Sancho puede agarrarse al precedente de Artur Segarra, otro español que en 2016 asesinó y descuartizó a un hombre en Tailandia.
En busca del perdón del Rey
Artur Segarra se encontraba en Tailandia cuando los Mossos d’Esquadra le seguían la pista por sospechar que era uno de los líderes de un grupo que estafó en Cataluña a un centenar de ancianos con contratos abusivos de compraventa de casas a cambio de una renta vitalicia que nunca llegaba.
A finales de enero de 2016, Segarra quedó con otro español llamado David Bernat, un consultor informático al que conoció una noche de fiesta en Bangkok, la capital tailandesa. Segarra le invitó a su casa, donde le retuvo y torturó para tratar de conseguir acceso a sus cuentas bancarias. Según los foreenses, finalmente lo mató por asfixia. Partes de sus restos aprecieron en el río Chao Phraya, donde Segarra cudió con un paquete la noche después del asesinato.
Los investigadores del caso detectaron transferencias económicas de un valor sustancial desde las cuentas corrientes en Singapur de David Bernat hacia otras entidades de las que Segarra era titular. Además, este fue grabado retirando grandes sumas de cajeros automáticos en Bangkok después de la desaparición de Bernat.
En 2017, Segarra fue condenado a a pena de muerte y, dos años más tarde, el Tribunal Supremo tailandés confirmó la sentencia por el secuestro, robo y asesinato premeditado de su compatriota, entre otros delitos. No obstante, Segarra consiguió eludir la pena capital gracias a una tradición tailandesa, según la cual el rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, tiene el poder de perdonar o reducir condenas con motivo de ciertas efemérides. En este caso, el español se benefició de un perdón real con motivo de su 68 cumpleaños.
Segarra, quien durante todo el proceso judicial mantuvo su alegato de inocencia, confesó ser el autor del crimen, por primera vez, el 23 de diciembre de 2019. Fue precisamente en la carta que envió al monarca para evitar su ejecución. En esta misiva, el convicto admitió que la noche del 19 de enero de 2016 mató a Bernat al reaccionar de manera violenta durante una abrupta pelea con la víctima, aunque evitó pronunciarse sobre lo que sucedió después del asesinato.
Vajiralongkorn conmutó la pena de muerte para Artur Segarra por cadena perpetua en agosto de 2020. Este indulto abre la puerta a que el reo pueda solicitar traslado a una cárcel en España una vez cumpla, al menos, ocho años de encarcelamiento. En cualquier caso, lo que no cambia es la obligación de devolver a la familia de la víctima los 20.000 euros que logró sustraer de las tarjetas de crédito del fallecido.
Daniel Sancho, acusado de asesinato premeditado, ocultación y sustracción de partes del cuerpo para encubrir el asesinato de Edwin Arrieta