En las últimas 48 horas, seis menores han quedado huérfanos por la violencia de género tras los crímenes machistas de Almería y Córdoba, lo que eleva a 39 los niños que han perdido a su madre a manos de la pareja o expareja de esta en lo que llevamos de 2023, 416 desde que se empezaron a contabilizar en 2013. La cifra es, en realidad, mucho mayor, como indicó el Consejo General del Poder General en un análisis publicado cuando se alcanzaron las 1.000 mujeres asesinadas por violencia de género en 2019. Según sus datos, ese año había al menos 1.494 huérfanos. Los niños que han sido testigos de los asesinatos de sus madres no aparecen en la estadística oficial, aunque el Observatorio contra la Violencia Doméstica del CGPJ realiza recuentos anuales a partir de las sentencias dictadas. Según el último análisis, fechado en 2020, nueve hijos fueron testigos directos de los hechos o se encontraban en el domicilio mientras de produjo la agresión. Además, algunos de ellos resultaron amenazados por la acción violenta del homicida. Solo en los dos últimos casos de violencia machista de 2023, cuatro niños han sido testigos directos del asesinato de su madre. Los tres hermanos de Córdoba que avisaron a los vecinos cuando su padre degolló a su madre con un cuchillo de cocina el lunes tenían entre 9 años y 5 meses. La niña que el martes descubrió los cadáveres de sus padres en Almería tenía 3 años. Estos menores reciben el estatus de víctimas de la violencia de género, una etiqueta que les da acceso a atención psicológica y económica, pero que también comporta «secuelas emocionales», en palabras de la presidenta de la Federación Mujeres Jóvenes, Marina Cortijo. «Para ese niño haber presenciado el asesinato o haber encontrado el cuerpo de su madre es la punta del iceberg de todo lo que ha estado sufriendo en casa», avisa a EFE Cortijo, quien alerta de que estas vivencias se dan, «especialmente, durante su etapa de desarrollo». Sobre las 17:45 horas de este lunes, en Almería tres niños, de 9 años, 8 años y 5 meses, alertaron a los vecinos de que su padre estaba agrediendo a su madre. Presuntamente, el hombre usó un cuchillo de cocina de 10 centímetros para degollar a su mujer, Zhour, de 27 años, en la vivienda que ambos compartían en la calle Galera del barrio almeriense de Pescadería. Cuando la Policía Nacional llegó al lugar de los hechos, redujeron al sospechoso, que en un principio usó a uno de sus propios hijos «como escudo», según los agentes, que lograron salvaguardar la vida del pequeño. La delegada del Gobierno de la Junta en Almería, Aránzazu Martín, ha indicado que los tres hijos de la pareja se encuentran bajo la tutela de la Junta, aunque la fallecida tiene una «familia extensa» que podría hacerse cargo de los mismos si así lo solicitan. En Almería también fue una de las hijas de la pareja, de tan solo 3 años, la que encontró el martes los cadáveres de su padre y de su madre, a la que presuntamente había matado el hombre con una carabina de aire comprimido antes de suicidarse, según fuentes próximas a la investigación. La pareja tenía dos hijos menores más y al parecer estaba en trámites de separación, según las citadas fuentes. Los niños están «bien acogidos» por familiares, por lo que los servicios sociales de la Junta de la Andalucía no han necesitado hacerse cargo de su tutela, según han informado a EFE fuentes del Gobierno andaluz. La Fundación Mujeres y el Fondo de Becas Soledad Cazorla han comprobado la vulnerabilidad de los huérfanos de la violencia machista y de los familiares que en muchos casos se hacen cargo de ellos tras el asesinato de la madre. Se necesita apoyo psicológico, pero también económico y jurídico para superar los trámites burocráticos y judiciales que comienzan tras la muerte, destacan desde estas entidades. Los hijos menores de edad de las mujeres víctimas de violencia de género tienen derecho a ayudas económicas, atención psicológica gratuita y a un abogado de oficio para afrontar el proceso penal y trámites administrativos. Sin embargo, la presidenta de Federación Mujeres Jóvenes, Marina Cortijo, ha alertado a EFE de que las ayudas a las que tienen acceso estos niños difieren dependiendo del territorio en el que hayan nacido, ya que hay diferentes ayudas autonómicas. Asimismo, Cortijo lamenta que el estatus de huérfano de la violencia de género solo se aplique a los hijos de las víctimas menores de edad y exige que la ley estatal amplíe la protección hasta los 26 años, una edad que pueda ser prorrogable si éstos siguen dependiendo económicamente de sus tutores. «Conociendo la situación económica actual, no es real que a los 18 años te puedas independizar», señala la presidenta de Federación Mujeres Jóvenes, que critica la situación de «desamparo» en la que quedan estos jóvenes que, en sus palabras, siguen siendo víctimas de la violencia de género tras cumplir la mayoría de edad. En 2022, una nueva ley amplió las ayudas a los menores cuya madre haya sido asesinada por su pareja o expareja, aunque este no sea su padre, facilitó su acceso a la herencia de la madre y abrió la puerta a que las ayudas se mantengan aunque el niño esa adoptado después, si la familia cumple determinados requisitos