De la Costa Cálida a la Costa del Sol: las vidas de los que trabajan para que tú disfrutes

Puerto de Mazarrón (Región de Murcia) | Madrid

Sentarse en un chiringuito, con los pies entre la arena de la playa, escuchando cómo vienen y van las olas del mar mientras esperas a que llegue un arroz. Nadie es capaz de imaginar un verano sin hostelería. O, desde luego, resulta muy complicado. Comer fuera es parte fundamental de las vacaciones y detrás hay miles de personas que no descansan durante estos meses para que todo funcione. Muy pocos reparan en ellos, en sus historias y en cómo son sus vidas. Hay incluso quien les chista durante sus horas laborales, "Tsss, perdona", o quien los trata como si todavía continuara vigente la esclavitud. Viajamos hasta el Puerto de Mazarrón (Región de Murcia) para colarnos detrás de los fogones del chiringuito Bangalore y conocer la historia de Ali, un migrante senegalés que llegó en patera a nuestro país hace una década y que después de una temporada buscándose la vida, logró regularizar su situación gracias a este trabajo. Empezó como vigilante de seguridad y ahora es el maestro de la cocina de un restaurante que tiene un solete Repsol. Conversamos también con Ana Geranios que es autora de 'Verano sin vacaciones. Las hijas de la Costa del Sol' (editorial Piedra Papel Libros), un libro a mitad de camino entre un diario y un ensayo sociológico en el que la autora cuenta su experiencia trabajando como camarera en la costa malagueña, en el que reflexiona qué implica para la vida de las personas que el verano en las poblaciones turísticas de nuestro país sea sinónimo de más carga de trabajo.