Una victoria histórica, un discurso incendiario y una marea feminista: Rubiales se queda solo y el fútbol toma conciencia

Hace una semana que la selección femenina de fútbol ganó el Mundial a Inglaterra, convirtiéndose en campeonas del mundo y haciendo historia. Sin embargo, el mismo domingo se generó un grave revuelo después de que las cámaras captaran al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dando un beso sin consentimiento a la futbolista Jenni Hermoso. «Cosa de la euforia del momento» se atrevió a decir Rubiales para quitar hierro a una agresión sexual. Desde la RFEF intentaron censurar las imágenes y borrar las capturas que ya circulaban por las redes. Demasiado tarde porque ya se activó la marea feminista. Artistas, deportistas, figuras del mundo de la cultura e incluso políticos salieron en masa a denunciar ese comportamiento y pedir medidas ejemplares. El mismo lunes, el Gobierno pidió a Rubiales responsabilidades y este trató de zafarse al publicar un vídeo pidiendo disculpas y diciendo que «seguramente me equivoqué». «Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer. Porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió. De manera muy espontánea, repito, sin mala fe por ninguna de las dos partes», dijo. A pesar de este intento para zanjar la polémica, no fue suficiente y el martes Sumar interpuso una denuncia ante el Consejo Superior del Deporte por «infracción muy grave», pidiendo que se aplicara el protocolo contra la violencia sexual y que se la apartara de sus funciones. La RFEF se vio obligada a convocar una asamblea extraordinaria el viernes para dar explicaciones y, aunque en un principio, todo apuntaba a que Rubiales dimitiría de su cargo, el presidente de la RFEF aprovechó el momento para pronunciar un discurso incendiario, presentarse como la víctima y atacar al feminismo. «No voy a dimitir», dijo hasta en cinco ocasiones. Y trató de justificar la agresión a Jenni Hermoso de forma demencial. «El pico, más un pico que un beso. Quien vea el vídeo entenderá que, ante millones de personas y ante toda la gente que había allí, entre ellas parte de mi familia, mis hijas, el deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo que podría tener dándole un beso a una de mis hijas. Ni más ni menos. Por lo tanto, no hay deseo y no hay posición de dominio. Eso, toda la gente lo comprende aunque se esté vendiendo otra cosa. En muchos medios. El falso feminismo, que es una gran lacra en este país. Fue un momento mutuo y consentido, no fue sin consentimiento. Fue consentido», aseguró, ante la atenta mirada de los dirigentes de la RFEF y los aplausos de miembros como los seleccionadores Luis de la Fuente y Jorge Vilda, que apoyaban la decisión de Rubiales de mantenerse en el cargo. Jenni Hermoso y 80 jugadoras más emitieron un comunicado firmado conjuntamente, asegurando que el beso no fue consentido y que renunciaban todas las mundialistas a volver a ser convocadas con la Selección española de fútbol femenino. Más tarde, en un comunicado de la máxima goleadora del equipo nacional en solitario, volvió a insistir en el no consentimiento del beso, acusando de falsas las declaraciones publicadas por parte de la RFEF y sintiéndose haber sido víctima de una agresión. Jugadoras como Alexia Putellas inundaron sus redes sociales de comentarios denunciando la agresión de Rubiales y mostrando todo su apoyo a Jenni Hermoso. Hasta la prensa internacional se hizo eco y se agitó el movimiento feminista pidiendo medidas para el presidente de la RFEF. La organización emitió seguidamente un comunicado para desacreditar la versión de Hermoso, afirmando que el beso fue consentido y que el presidente «no miente». Además, la RFEF aseguraba que tomarían medidas y que tienen como demostrarlo a través del análisis de cuatro fotografías publicadas por la propia RFEF en el que se analiza al detalle cuatro «frames», cuatro imágenes con Rubiales y Hermoso. Este sábado, el Consejo Superior del Deporte elevó la denuncia al Tribunal Administrativo del Deporte por una posible vulneración de la Ley del Deporte y del Real Decreto sobre Disciplina Deportiva por parte del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, infracciones que considera «muy graves» y que posibilitan una suspensión cautelar del dirigente. Mientras se inician los trámites y se abre el procedimiento para inhabilitar a Rubiales, la FIFA anunció su suspensión con carácter provisional de toda su actividad relacionada con el fútbol durante 90 días y la prohibición de contactar con Jenni Hermoso. Asociaciones feministas convocaron el mismo sábado una concentración para pedir su dimisión y protestar por el partido de «Amigos de Luis Rubiales» que estaba convocado en Motril el mismo día. Sin embargo, el evento quedó suspendido y las feministas desconvocaron el acto. Después de la decisión de la FIFA, los seleccionadores Luis De la Fuente y Jorge Vilda se desmarcaron de Rubiales. Tan solo unas horas después de haber aplaudido y apoyado su discurso contra Jenni Hermoso. «Lamento profundamente que la victoria del fútbol femenino español se haya visto perjudicada por el comportamiento impropio que nuestro hasta ahora máximo dirigente, Luis Rubiales, ha realizado y que él mismo ha reconocido», dijo Vilda en un comunicado, aunque no mencionó en ningún momento su renuncia, a pesar de que parte de su equipo pusieran «sus cargos a disposición de la RFEF» por «las inaceptables actitudes y manifestaciones realizadas por el máximo dirigente de la RFEF». De la misma forma, De la Fuente censuró «sin paliativos» el comportamiento de Rubiales. «Los hechos protagonizados por Luis Rubiales no respetaron el mínimo protocolo que debe seguirse en estos actos de celebración, y no son edificantes ni apropiados para una persona que estaba representando a todo el fútbol español. Él mismo ha reconocido públicamente lo impropio de su comportamiento», afirmó en el escrito. Y no contenta la RFEF con todo el ruido, este mismo sábado por la tarde publicaba en su página web un comunicado en el que atacaba directamente a Hermoso y al comunicado que la jugadora publicaba en sus redes sociales el pasado viernes noche. Un tiempo después, el comunicado quedaba eliminado de la web oficial de la RFEF. En el escrito, la RFEF aseguraba que Jenni Hermoso «miente» y «ha sido abducida por el sindicato FutPro». Aun queda recorrido judicial para conocer el desenlace de Rubiales, pero lo que ya ha quedado claro es la unanimidad de la opinión pública nacional e internacional, censurando este tipo de comportamientos y asumiendo que el consentimiento tiene que estar en el centro de todo. «Se acabó» es el lema que se ha consolidado como el #MeToo español y esto implica que el fútbol comienza a tomar conciencia del feminismo y comienza a desterrar comportamientos machistas.

Una victoria histórica, un discurso incendiario y una marea feminista: Rubiales se queda solo y el fútbol toma conciencia

Ha pasado una semana desde que la selección femenina de fútbol ganó el Mundial y desde que el presidente de la RFEF besó sin consentimiento a Jenni Hermoso, provocando una polémica sin precedentes

Sandra Fernández Pérez

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