Los últimos de Rubiales
Rubiales está solo. Los seleccionadores nacionales masculino y femenino, la FIFA, el Gobierno, los partidos políticos, los caciques de las federaciones territoriales y los medios de comunicación se han colocado en su contra. Sólo le queda su madre y un medio de comunicación
La línea 25 | Los últimos de Rubiales | Idafe Martín
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Madrid
Rubiales está solo. Los seleccionadores nacionales masculino y femenino, la FIFA, el Gobierno, los partidos políticos, los caciques de las federaciones territoriales y los medios de comunicación se han colocado en su contra. Sólo le queda su madre y un medio de comunicación, 'The Objective', que parece haber descubierto que alguien debe cubrir el espacio que dejan en el sector machista de la sociedad. Lo de este digital no parece espontáneo, sino una decisión tomada poco después de la agresión de Rubiales a Jennifer Hermoso.
El pistoletazo de salida lo dio el pasado miércoles Guadalupe Sánchez. Desde entonces, el diario digital de membrete amarillento ha publicado 16 columnas en las que o se defiende directamente a Rubiales o se acusa a los demás medios de utilizar el caso Rubiales para tapar otros asuntos. El viernes Francesc de Carreras escribió que “el fútbol femenino puede convertirse en fuente de dogmatismo puritano”, que la agresión fue “una tontería”, que hay una “policía secreta feminista” y que con reacciones así vamos al totalitarismo.
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'The Objective' siguió así durante días. Ignacio Vidal-Folch escribió que era "una chorrada intrascendente", Jordi Bernal que Rubiales es "sólo un macho decadente y perplejo", Javier Benegas que la izquierda en este asunto es "mojigata" y que sólo fue "el beso de un patán", que "cuando el pánico moral se desata, los juicios racionales desaparecen y son suplantados por juicios morales". Rebeca Argudo que el beso no le interesa nada, que es una instrumentalización ideológica y que Yolanda Díaz "defiende dinamitar la separación de poderes" y meterse "en las esferas privadas". Cada uno con sus obsesiones.
Ricardo Dudda dice que la sociedad está muy sensible y que el beso forzado fue "una torpeza". Félix de Azúa que "el caso Rubiales" sirve para ocultar la elección de Francina Armengol, que publicó todo dios, como presidenta del Congreso. José María Albert de Paco escribe que Jennifer Hermoso "se abalanza sobre Rubiales". Dante Augusto Palma dice que es que a la gente le gusta "linchar a algún personaje público" y Marta Martín Llaguno que todo es un "artilugio (de la izquierda) para captar la atención, una cortina de humo". Jorge Vilches dice que es una "caza de brujas feminista" y David Mejía que "la opinión pública ha sido jaleada por una presión mediática incansable". ¿De dónde sale todo esto? Álvaro Nieto, director de este digital que va adelantando por la derecha a parte de la 'fachosfera' y antiguo redactor jefe de 'El País', dio el tono al escribir que Rubiales es sólo un patán acosado por una turba de fanáticos. Una pobre víctima. Olvidó decir que su digital encontró un nicho de negocio en escribir para los machistas, que se habían quedado huérfanos.