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'El viaje del elefante', una reflexión sobre la existencia humana

Una novela luminosa, llena de humor y de ternura, que cuenta el viaje real de un elefante desde Lisboa a Viena, pero que nos habla de nosotros mismos, de quiénes somos y de nuestro camino en la vida

'El viaje del elefante', una reflexión sobre la existencia humana

José Saramago nació en Azinhaga (Portugal) el de 16 de noviembre de 1922. Es un autor esencial que ha explicado como pocos el mundo que nos ha tocado vivir. José Saramago no solo ha construido una obra de una grandísima calidad literaria, innovadora y profunda, sino que además ha sido la conciencia del fin del siglo. Es el autor de 'El año de la muerte de Ricardo Reis', 'Levantado del suelo', 'Memorial del convento', 'El Evangelio según Jesucristo' o 'Todos los nombres entre otras'. En 'Un libro una hora' ya os hemos narrado 'Ensayo sobre la ceguera', 'Ensayo sobre la lucidez', 'Las intermitencias de la muerte' y 'La Caverna'. En 1998 le concedieron el Premio Nobel de Literatura. Murió en Tías, Lanzarote, en 2010.

'El viaje del elefante' se publicó en 2008. Es una novela luminosa, llena de humor y de ternura, que cuenta el viaje real de un elefante desde Lisboa a Viena, pero que nos habla de nosotros mismos, de quiénes somos y de nuestro camino en la vida.

La historia de Salomón, el elefante que cruzó Europa por un capricho del rey Joao III

Como cuenta Pilar del Río en 'La intuición de la isla', a José Saramago le esperaba un elefante que descubrió un día en un restaurante de Salzburgo llamado The Elephant mientras cenaba con Gilda Lopes Encarnaçao y otros profesores que le habían invitado para hablar de literatura en la universidad. "¿Qué hace ahí la Torre de Belem?", preguntó. Y cuando le contaron que ese elefante tuvo vida real, que cruzó Europa por un capricho del rey portugués Joao III, que quiso regalárselo a su primo, Maximiliano de Austria, supo que escribiría la historia de ese elefante del siglo XVI. Esperó diez años desde el momento del descubrimiento, pero acabó contando, con ironía, humor y una gran compasión, la historia de Salomón.

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Escribir este libro, que nació en una circunstancia festiva en Salzburgo, se convirtió para José Saramago en un proyecto de vida. El deseo de contar la historia del elefante, es decir, de reflexionar sobre la existencia humana, le ayudó a mantenerse vivo mientras la medicina iba actuando en su cuerpo. Cuando finalmente se sentó ante la máquina, lo hizo con una desbordada alegría y con la sensación de haber recuperado una parte del idioma portugués que permanecía oculto por las distintas capas que los años y las culturas van depositando en los sedimentos. La enfermedad alteró el mundo subconsciente, sacó a la luz palabras y actitudes que habían sido suyas en otras épocas, le abrió vías que no recordaba que existieran.

Un viaje hacia el interior de Saramago y su alegría de estar vivo

El elefante, que pertenecía a la corte portuguesa, tuvo un destino azaroso. Atravesó media Europa y llegó a Austria, donde no tuvo buena vida. Las vidas de muchos seres humanos también son así, un recorrido más o menos largo, lleno de ansiedades y dolores; satisfacciones, pocas; alegrías, las mínimas; y la muerte esperando como si haber nacido no implicara vivir activa y conscientemente. 'El viaje del elefante' es también un viaje por el interior de José Saramago, la alegría de estar vivo y poder contar con herramientas del presente lo que fue pasado. Era como si la enfermedad hubiera producido en su interior una síntesis de tiempos, pasado, presente, futuro, y todo estuviera emocionalmente vivo y activo circulando por sus venas, vivificando lo que tocaba.

La escritura de 'El viaje del elefante' fue una epifanía, y así lo entienden los lectores: este libro ha sido interpretado en música, pintura y teatro en numerosos países, independientemente de las traducciones y reediciones, que son continuas. 'El viaje del elefante' fue escrito en la biblioteca de A Casa. José Saramago se acordó de un escritor hindú que había conocido poco antes de caer enfermo y que se llama Subhro Bandopadhyay. Subhro había pasado una temporada en España, donde ganó premios literarios y dejó buena memoria. Años atrás, el joven escritor había cuidado elefantes, de modo que pudo facilitar datos cercanos y emocionales sobre el comportamiento de estos animales que no figuran en los tratados y que, sin duda, ayudaron a construirle una personalidad al elefante Salomón.

José Saramago le había prometido a su editor brasileño que 'El viaje del elefante' se presentaría en Sao Paulo y así fue. Con todos los cuidados y atenciones, el autor viajó a Brasil. La presentación del libro fue una fiesta. José Saramago comparó el viaje que hizo el elefante con las vidas humanas, llenas de obstáculos y de promesas que no se cumplen, con finales tristes, tantas veces pobladas de abandonos y de frustración. Pese a la melancolía de las palabras sobresalía la firmeza de poder decirlas, la posible emancipación de los seres humanos ante sus destinos.