La lluvia respeta a Florence & The Machine en la ceremonia final del Cala Mijas
Metronomy, José González y La Plazuela redondean la brillante jornada de clausura de un festival por el que este año han pasado más de 110.000 personas
Mijas (Málaga)
A diferencia de lo que pasa en festivales como Glastonbury o el Bilbao BBK Live, al público (y a la organización) del Cala Mijas le inquietaba la previsión de lluvia. Pero la temida DANA, que amenazaba con aguar el gran concierto de este sábado, acabó respetando la ceremonia que Florence And The Machine tenía preparada para su fin de gira.
Más información
Los fans de la artista británica han acabado salvando dos bolas de partido porque una cirugía de urgencia (de la que ha dicho no estar "preparada" para dar detalles) ya le obligó a cancelar un par de conciertos pocos días antes del Cala Mijas. De su imponente actuación de este sábado, sin embargo, se desprende que ya está totalmente recuperada porque bailó y saltó —descalza— como la que más.
Ataviada con un precioso vestido (digno de un cuento de hadas), Florence Welch calentó a sus fieles con un temazo tras otro: No light, no light, King, Ship To Wreck, Free, Big God... Pero no solo cantó —con los gorgoritos y el cañón de voz que le caracteriza— sino que también hizo todo lo posible por estar cerca de sus fans (toda la primera fila, con corona de flores).
Florence le dio las gracias al público por hacerla sentir "comprendida" y, al presentar Morning Elvis, explicó que la energía de la última canción que escribió para Dance Fever podría acabar cruzándose con la primera composición de su próximo trabajo. Desde luego se le da fenomenal mezclar la mística con un pop (no del todo) comercial que bebe de propuestas tan alejadas como la épica de Enya, la intimidad expansiva de Coldpaly o el rock de autor de Patti Smith.
El "darse la paz" del siglo XXI
A pesar de la imperdonable intromisión del chumba-chumba del escenario La Caleta, los momentos cumbre del concierto llegaron con las coreadísmas You've Got The Love y Dog Days Are Over ("run fast for your mother, run fast for your father"), con la que Florence se erigió en sacerdotisa y animó a todo el mundo a guardar el teléfono móvil, alentando las muestras de afecto y el sentimiento de comunidad entre los participantes de su ritual. El "darse la paz" del siglo XXI, vamos.
La traca final llegó con el karaoke colectivo de Never Let Me Go, Shake It Out y Rabbit Heart (Raise It Up). En definitiva, un apasionado repaso a lo mejor de su discografía —lo que se espera en una cita como Cala Mijas— del que bien podría tomar nota Julian Casablancas. Porque sí: la indignación por la desidia de los Strokes fue in crecendo con las horas.
Según datos de la organización, más de 110.000 personas han disfrutado la segunda edición del festival malagueño (al que la Cadena SER ha acudido invitada por Last Tour), siendo la jornada de este sábado la más concurrida de las tres. Casi una tercera parte del público, además, ha sido de origen extranjero (británicos, italianos, alemanes y franceses, sobre todo), pero la combinación de un cartel de lujo con la oferta turística de la Costa del Sol también ha atraído a gente de toda España.
La explosión de La Plazuela
La respuesta del público local, que madrugó (18:25) para ver a La Plazuela, confirma la eclosión del grupo granaíno y, por extensión, también la pujanza de una nueva escena andaluza (y andalucista) en la que ya triunfan Derby Motoreta's Burrito Kachimba, Califato 3/4, Vera Fauna o la alianza entre Rocío Márquez y Bronquio. Pero el fulgurante éxito de Roneo Funk Club, con hits como Péiname Juana o El Lao De La Pena, este año solo es equiparable al boom de The Tyets en Cataluña.
Otro de los momentazos del Cala Mijas 2023 ha sido el recital del sueco (de origen argentino) José González, quien acaba de empezar una gira para conmemorar que su primer disco (Veneer) salió hace 20 años. Asombró con su virtuosismo —¿de verdad no tiene 15 dedos?— y una tremenda capacidad para llenar el escenario solo con guitarra y voz. Nada más.
El público demostró un gran respeto (con su silencio) y, después de Heartbeats, Crosses o All You Deliver, acabó recuperando algunas de las versiones con las que completaba su repertorio en esa época (Joy Division o Kylie Minogue), y también algunos temas más recientes, como Teardrop o El Invento.
Que el público huyera en masa del concierto de Duki —la zona de comidas se quedó pequeña— dejó muy claro qué había (y qué no había) ido a ver la gente en esta ocasión. El rapero argentino lo dio todo, pero su propuesta no interesó demasiado. Justo lo contrario de lo que le pasó a Metronomy, una banda formada por gente con pinta de querer irse de cañas con su público que, más allá de hits (tan mayúsculos) como The Bay o The Look, lleva ya 15 años demostrando una versatilidad que les emparenta, a la vez, con bandas como Travis, Hot Chip, Franz Ferdinand o Belle & Sebastian.
A la banda escocesa, justamente, le tocó la ingrata tarea de retener al público que acaba de ver a Florence And The Machine sin haber tenido que llegar a abrir el paraguas ni una sola vez. Una tarea complicada —por el cansancio acumulado y por los primeros indicios de una tormenta— a la que Stuart Murdoch se enfrentó, como siempre, con ingenio, con pasión y con el superpoder de convertir todo lo que toca en una pequeña joya de pop perfecto.
Aún quedaba otro plato fuerte: Arca. Pero la mayor parte del público optó por la vía malagueña —huir de la lluvia como si las nubes soltaran ácido sulfúrico— y se despidió del Cala Mijas, por lo menos, hasta la edición de 2024, que se celebrará los días 29, 30 y 31 de agosto. El de 2023 ha dejado buen sabor de boca.
Especial Primavera Sound 2023: Rosalía, Villano Antillano y Måneskin
26:02
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1686586867197/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...