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El efecto halo: por qué vemos menos culpable al guapo

Este aspecto psicológico explica por qué los asesinos más atractivos no nos parecen tan culpables

El efecto halo: por qué vemos menos culpable al guapo

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En el mes de agosto, una noticia que ha estado bastante presente en las redes sociales y en el telediario es el caso de Daniel Sancho, o como lo he visto reflejado en algunos medios, el presunto asesino guapo.

Hay un aspecto psicológico que tiene que ver con este caso: el efecto halo

¿Qué es el efecto halo?

La principal función del cerebro es ahorrar energía, y a veces, por intentar ahorrar de más, se equivoca, y ahí aparecen los sesgos. Y es que el cerebro humano con tal de que la incertidumbre desaparezca es capaz de rellenar esos vacíos de información con muy poquitos datos.

Así de forma muy genérica, el efecto halo es la tendencia que tenemos los seres humanos de generalizar a partir de un solo atributo. Por ejemplo, entras en un trabajo nuevo y vas a la cocina a hacerte un café y te cruzas con un compañero que te sonríe. Tu cerebro va a creer que esa persona es más amable y te ayudará con más ganas que otra persona que no te haya sonreído. Y puede que esa persona sea la mayor arpía de la empresa pero le acaban de subir el sueldo y está contento.

Al final es una tendencia a crear nuestra opinión de alguien o algo en base a la primera impresión que te haya causado. Generalmente las personas atractivas se perciben como más inteligentes, con más habilidades sociales, más altruistas, con mejor salud física y mental. Suelen llegar a puestos profesionales más altos…

¿Esto qué tiene que ver con el caso de Sancho?

Al final, cuando vemos a alguien guapo, exitoso, amable, no podemos evitar pensar que todo lo demás de esa persona es bueno. Incluso puedes llegar a justificar un acto atroz, como el de un asesinato, pensando que esa persona se estaba defendiendo o que no tenía más opción porque estaba bajo mucha presión. Algo que nunca pensarías de una persona con un aspecto de delincuente “al uso”. Es el poder de la belleza en el efecto halo nublando nuestro juicio con toda esta desinformación.

¿Esto afecta a la sentencia que se les impone?

Al final los jueces están muy condicionados por muchos tipos de sesgos. El abogado Rod Hollier hizo 27 estudios diferentes sobre el sesgo del atractivo físico en el sistema legal y “los efectos del atractivo físico en los jueces fueron tan influyentes que multaron a los delincuentes poco atractivos un 304,88 % más que a los delincuentes atractivos.” Aunque suene inquietante, en este estudio, todos los delincuentes, dando igual su apariencia física fueron condenados igual, lo único que varía son las penas que cada cual se lleva.

También, hay otro estudio que realizó operaciones estéticas a 253 presos de la prisión de Texas que fueron puestos en libertad para valorar si la rehabilitación penal podría mejorar. Las tasas de reincidencia eran del 14% en primer año, del 32% el segundo y del 36% el tercer año. Los presos que habían sido operados tuvieron tasas del 8% el primer año, de 17% el segundo y de 25% el tercero y todos cometieron delitos menores. Es decir, menos tasas de reincidencia.

Fuera de la ciencia y sin querer romantizar el efecto halo es que el rechazo social, duele. La reinserción social después de salir de la cárcel ya debe ser complicada. Si encima te rechazan por tu físico muchas veces la única salida que ves es la de volver a la cárcel. Pero al final no podemos olvidar que esto es un tipo de discriminación más. Al final es un elemento que distorsiona nuestra realidad.

Según un estudio en la universidad de Singapur, en el trabajo: las personas altamente atractivas cobran un 20% más y son más recomendadas para promocionar. Pero como en todo, nada es blanco o negro y hay una gran escala de grises, porque según un estudio hecho a más de 20.000 jóvenes a lo largo del tiempo (es decir, los entrevistaron varias veces desde los 19 hasta los 29 años), esto no pasa si eres extremadamente guapo, porque puedes llegar a intimidad, o si eres extremadamente feo te puede llegar a beneficiar porque te consideraran más constante y trabajador.

La discriminación por la belleza existe y es algo real que deberíamos tener más en cuenta.

 

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