La gente que más da la matraca son siempre los primeros en traicionar
La gente que más da la matraca, en los ejércitos y en la vida, con los códigos de honor, con los juramentos de lealtad, con el valor de la palabra, son siempre los primeros en traicionar, los primeros en ofrecerse a la deslealtad, los primeros en demostrar que su palabra no vale nada y que su honor es una mentira
La contra | La gente que más da la matraca son siempre los primeros en traicionar
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Madrid
La primera noticia que tuve de que en 1973 había habido un golpe de Estado en Chile fue leyendo aquellas memorias de Pablo Neruda, 'Confieso que he vivido', que tienen mis padres en una edición rarísima de la Caja de Ahorros de Pontevedra. Y acababa Neruda, ya muy enfermo -moriría pocos días después- hablando de Allende: "Aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile". Siempre me llamó la atención esa última línea. Otra vez habían traicionado a Chile. Y entonces no porque era un adolescente, pero con los años, cuando crecí y cuando supe cómo se habían originado las dictaduras militares, aprendí que todas nacen de una traición, casi siempre de un militar puesto al mundo que juró antes obedecer unas leyes que se apresuró a desobedecer. La gente que más da la matraca, en los ejércitos y en la vida, con los códigos de honor, con los juramentos de lealtad, con el valor de la palabra, son siempre los primeros en traicionar, los primeros en ofrecerse a la deslealtad, los primeros en demostrar que su palabra no vale nada y que su honor es una mentira.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...