La meta de conseguir el tiempo profundo
La duración de nuestra vida se resume en 4000 semanas, ¿cómo las aprovechamos?

La meta de conseguir el tiempo profundo
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4000 semanas es el título del ensayo de 2022 del periodista británico Oliver Burkeman. Estas 4000 semanas son las que viviéremos aproximadamente si llegamos a los 80 años, una edad razonable. Cuando pensamos en la esperanza de vida si lo hacemos en años queda más abstracto, pero si lo miramos en semanas se ve de forma distinta, porque podemos pensar más fácil en semanas que en años. La comprensión de una semana nos impacta más que pensar en años.
Percepción falsa de la longitud de la vida
Tenemos una intuición falsa de la duración de la vida, es curioso que el autor explica que empezó a preguntar a gente de su entorno para conocer su percepción de la vida preguntándoles cuántas semanas creían que duraba una vida humana. Al conocer la respuesta de las 4000 semanas hizo que se replantearan el tiempo que les quedaba. Al conocer este dato se puede entrar en estado de alerta porque es cuando te das cuenta y piensas que ahora toca vivir en serio.
El tiempo de prórroga
A pesar de esto contamos con cierto tiempo añadido, porque hay campeones de larga vida. Según los registros se considera que la persona de la Tierra que más años ha vivido es Jeanne Calment, con 122 años. Aseguraba que conoció a Van Gogh y de forma anecdótica contaba que le olía el aliento a alcohol. Esta persona llegó a vivir lo suficiente para ver por la televisión cómo clonaban a la oveja Dolly.
¿De qué manera queremos vivir las semanas que nos quedan?
Un día bien vivido vale por una vida entera. A pesar de esto debemos plantearnos cómo queremos vivir el tiempo que nos queda, porque según van avanzando los años, el tiempo va ganando valor. La tendencia es que con los años parece que el tiempo va más rápido, por ello hay que hacer lo posible por vivir más lento y aprovechar el tiempo haciendo cosas que nos gusten.
El tiempo profundo
Cuando el tiempo no se media, nadie tenía la sensación de que le faltaban cosas por hacer, los seres humanos fluían porque no existían las horas, solo la luz del Sol. Esto también pasa cuando observamos a un bebe, está fluyendo con el tiempo porque no es consciente del tiempo que pasa. A esto es lo que se llama tiempo profundo: nadar completamente en el flujo del tiempo sin verlo fragmentado por horas minutos y segundos. Y es la meta a la que tenemos que alcanzar.
Para poder conseguir llegar a este concepto, tenemos que establecer una barrera entre el tiempo que hay que trabajar y el tiempo libre que podemos aprovechar. No mirar el reloj o el móvil todo el tiempo, centrarnos en nuestras vidas sin perder el tiempo. Mucha gente tiene la ansiedad de controlar todo lo que le rodea y esto es lo que hay que evitar, tenemos que ser conscientes de que va a haber cosas que no vamos a poder atender.




