El peligro oculto de las bombas de racimo: decenas de muertos el pasado año por las que quedaron enterradas y sin detonar
185 personas fallecieron el pasado año por restos de bombas de racimo que no llegaron a explotar en países como Yemen o Irak
La Coalición contra las Bombas de Racimo de la que forman parte la ONU y organizaciones como Human Rights Watch o Amnistía Internacional ha denunciado no sólo que el pasado año fue el que más víctimas por bombas de racimo hubo por culpa sobre todo de la guerra de Ucrania, sino también el incremento del número de víctimas que pisan restos sin explotar de este tipo de armamento.
Las bombas de racimo son dispositivos que explotan en el aire liberando artefactos más pequeños a varios centros de metros de distancia. La mayoría explota, pero hasta un 30% de esos explosivos pueden no detonar y se quedan enterrados en el suelo. Por culpa de esa munición escondida, el pasado año 185 personas fallecieron en todo el mundo, sobre todo en Yemen, Irak y Ucrania, pero también en Siria, Líbano, Laos y Azerbaiyán.
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"Son tremendamente peligrosas para los niños", explica a la SER Loren Persi, el líder del equipo de investigación de la Coalición. "Tienen tiempo libre para ir a jugar y estos artefactos pueden ser confundidos con un juguete o son brillantes y pueden resultar tentadores para que los niños los cojan", denuncia.
La mayoría de víctimas son precisamente menores, aunque también hombres adultos que "atraviesan zonas minadas para recoger alimentos, ir a trabajar o ir a por leña", cuenta Persi. Estas tareas las realizan mujeres y niñas en algunos países como Yemen, donde también se convierten por tanto en víctimas potenciales.
Este experto lamenta además que muchas personas de las que dependen sus familias han tenido que tomar riesgos adicionales para conseguir ingresos después de la pandemia, por lo que atraviesan zonas peligrosas.
En este momento, 26 países tienen zonas contaminadas, algunos de forma masiva como Laos (donde hay restos de bombas de racimo en prácticamente todas sus provincias) o Vietnam (donde la superficie afectada supera el territorio de Aragón).
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Laos es un caso especialmente llamativo, ya que entre 1964 y 1973, y en el marco de la Guerra de Vietnam, Estados Unidos llegó a lanzar de media una carga de este tipo de armamento cada 8 minutos durante 9 años seguidos. A consecuencia de ello es el país más contaminado por restos de bombas de racimo del mundo.
Las únicas noticias esperanzadoras sobre la limpieza de este tipo de áreas letales han llegado en los últimos años de los Balcanes. 30 años después de las guerras en este territorio europeo, Bosnia acaba de culminar la limpieza de su suelo y antes lo habían logrado Croacia y Montenegro.
Falta atención psicológica
Loren Persi nos relata cómo las víctimas no sólo se enfrentan al trauma de la explosión si logran sobrevivir, sino a la falta de seguimiento y atención psicológica posteriormente. "El apoyo que más falta en los programas de asistencia a las víctimas es el psicológico y el psiquiátrico", asegura, "ya que en muchos países afectados estos servicios o son muy escasos o directamente no existan en las zonas donde viven las víctimas".
La Coalición pide que se generalicen las charlas sobre prevención para las víctimas, que haya una "educación en el riesgo". Este tipo de conferencias en comunidades locales y en familias, donde cree Persi que deben centrarse los esfuerzos, están en marcha ya en varios países.
Mención especial merecen además los migrantes. Sus traslados por distintos territorios los ponen en peligro y las comunidades nómadas de países como Irak, Mauritania o Chad atraviesan a menudo zonas potencialmente contaminadas. También la Coalición advierte de la presencia de restos de bombas de racimo cerca de campos de refugiados por ejemplo en el Líbano, donde viven una gran cantidad de sirios que han huido de la guerra de su país.
Zonas aisladas de Afganistán o de Irak, y otras afectadas además por sus propias crisis económicas internas como es el caso de Líbano, tienen un gran déficit en atención médica inmediata, tratamiento de traumas y prevención del riesgo.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...