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La vida nocturna; de la relación con el ocio y la salud hasta los "alcaldes de noche"

La iluminación, el derecho al descanso y los servicios esenciales son algunas de las cuestiones que marcan la diferencia entre la ciudad nocturna y la diurna

Cómo la vida nocturna interfiere en nuestra salud

Madrid

La noche suele estar relacionada con el ocio. La caída del sol da el pistoletazo de salida a una realidad paralela en la que algunas ciudades se transforman, aunque no siempre del mismo modo. Sin embargo, más allá de la vida que emerge en las calles al anochecer, las ciudades siguen funcionando, en algunas ocasiones sin descanso. Los establecimientos que abren las 24 horas se han colado en la estructura de movimientos de las urbes, los hospitales, las fábricas... Todo este mecanismo plantea la necesidad de empezar a robarle tiempo al horario nocturno. Podríamos decir que la noche ya no es solo para el ocio y los servicios esenciales.

Esta posibilidad ha planteado la necesidad de que exista una figura que trabaje para la gestión de la ciudad nocturna; a estas personas se las ha denominado "alcaldes de noche" y ya existen en algunas ciudades de la Unión Europea como Berlín y Ámsterdam. En España, por ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona tiene una Comisión Nocturna.

Jordi Nofre, Investigador Principal en Geografía Urbana en el Centro Interdisciplinar de Ciencias Sociales de la Universidad Nueva de Lisboa, plantea alguna de las cuestiones que suscitan debate sobre este tema. Nofre, además, coordina el único grupo de investigación que existe en Europa sobre estudios de la noche, por lo que explica que los retos urbanísticos son unas de las cuestiones principales que tienen que abordar. "El mayor problema que existe es que las políticas urbanas son diurnas y no existen las políticas urbanas de la ciudad nocturna y cuando se trasladan de forma automática generan tensiones y desajustes". El ocio arrastra la imagen de la vida nocturna y eso ha desembocado en que a nivel institucional tampoco se haya pensando en el ritmo de la ciudad de noche; "todos los proyectos económicos, ideológicos e incluso morales son de la ciudad diurna", puntualiza Nofre.

La iluminación es una cuestión imposible de esquivar al hablar de ritmo nocturno; sobre todo debido a la relación con la seguridad de los ciudadanos. Jordi Nofre recuerda que "hay una iniciativa de la UNESCO sobre el derecho a los cielos oscuros ya que forma parte del cosmos del patrimonio cultural y existe el derecho a disfrutar del paisaje nocturno". La contaminación también se plantea como eje esencial a tener en cuenta en este debate.

Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Murcia, finaliza esta conversación planteando ciertas preguntas: "¿Qué pretendemos con una sociedad 24/7? ¿Queremos que aumente el consumo o queremos aumentar la libertad para decidir en qué momento queremos estar activos? El derecho a la salud a través del sueño debería prevalecer al resto de cuestiones".