"Es un problema sanitario de primer orden" ¿Por qué la UE prohíbe el brilli brilli y qué alternativas hay?
Europa prohíbe ahora purpurina y microesferas, una restricción en vigor en España desde hace meses
Los especialistas celebran el fin del brilli brilli
03:30
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1695899401828/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El brilli brilli gusta. Lo sabe la industria del maquillaje y de la moda, que cada vez más lo ha utilizado como reclamo en sus productos. El resultado no puede ser más festivo e instagrameable. El problema es que las sustancias que se utilizan no son precisamente amigas del medio ambiente. La prohibición de purpurina no adherente y microesferas entra en vigor 20 días después de la publicación de la Comisión Europea el pasado 25 de septiembre en todo el territorio comunitario. En otros casos, la prohibición de venta se aplicará después de un período más largo para dar a las partes afectadas tiempo para desarrollar alternativas y aplicarlas. Aquí en España esta medida está en vigor desde la aprobación el año pasado de la ley de residuos, pero la falta de control hace que se sigan vendiendo el stock, aunque no se produzcan otros.
"Todo elemento plástico añadido no biodegradable de menos de 5 milímetros se considera un microplástico por lo que está ya prohibido en nuestro país, afortunadamente", explica Julio Barea, responsable de la campaña de residuos de Greenpeace. Las organizaciones en defensa del medio ambiente llevan años denunciándolo. La presencia en distintos productos suponen una bomba de relojería para el equilibro de los ecosistemas. Las nuevas normas evitarán la liberación de aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos, según cálculos de la Comisión Europea.
"No hay lugar en el mundo en el que no estén presentes. El problema con este tipo de sustancias es que se van degradando, pero no desaparecen sino que se transforman en unas partículas mucho más pequeñas, que son los nanoplásticos. También los inhalamos a través del polvo doméstico porque las fibras de los tejidos sintéticos de las prendas que nos ponemos, o los tejidos del sofá o del mantel se degradan hasta formar parte de ese polvo. Inhalar el polvo del maquillaje o tragar pasta de dientes con microesferas sería la forma más consciente de ingerir microplásticos", explica Eva Liljeström, licenciada en Ciencias Ambientales y creadora de Casa Sin Tóxicos.
¿A qué productos afecta la prohibición?
La lista de productos a los que afecta la prohibición es amplia. No solo es el brilli brilli de algunos maquillajes, sino detergentes, exfoliantes e incluso pasta de dientes que pueden contener estos microplásticos añadidos. "Esto es un problema ambiental, pero también es sanitario de primer orden. Hay estudios que nos están diciendo que estamos ingiriendo por distintas vías, de comer, de beber, de respirar un cuarto de kilo de microplásticos al año. Esto es una auténtica barbaridad", explica Barea.
Otros productos que se prohíben:
- El material de relleno granular utilizado en superficies deportivas sintéticas, la mayor fuente de microplásticos intencionales en el medio ambiente.
- Cosméticos, en los que los microplásticos se emplean para usos múltiples como la exfoliación (microesferas) o la obtención de una textura, fragancia o color específicos;
- Detergentes, suavizantes, purpurina, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos y productos sanitarios.
De la piel al mar: ¿cómo ingerimos microplásticos?
Como la clave es suprimr la contaminación por microplásticos, las alternativas que se planteen deben de ser sustancias biodegradables y amables con el medio ambiente. Por ejemplo, en el caso de los exfoliantes se pueden utilizar el hueso de los melocotones triturados, cáscaras de frutas, etc... La industria está cada vez más conciencida debido en gran parte a las demandas de los consumidores.
Microplásticos en las playas
07:54
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1629475840_214_cut/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
La razón por la que acabamos comiendo microplásticos es bastante sencilla. El ciclo comienza en nuestra piel, ya sea en forma de ese brilli brilli que ahora se prohíbe o de cualquier textil que utilicemos. En ambos casos, acabará en el desagüe, de ahí a la depuradora, que no puede eliminar estos microplásticos que acaban en el río y luego en el mar donde son engullidos por los peces que luego nos llevamos a la boca. "Comer mejillones u otro tipo de filtradores estás ingeriendo a diario un montón de micropartículas. Un auténtico desproppósito", cuenta el portavoz de Greenpeace.
¿Cómo impactan los microplásticos en nuestra salud?
El impacto de los microplásticos no se circunscribe solo al ámbito del medio ambiente sino que afecta directamente a la salud: "Las sustancias plásticas son disruptores endocrino por lo que afectan directamente a los órganos con función hormonal e inhiben o alteran la función de los hormonas, algo fundamental para el desarrollo de nuestra vida".
"Esto es un paso más dentro en la lucha de esta contaminación por plásticos. Tenemos un gravísimo problema a nivel planetario, una pandemia silenciosa a la que no le estamos haciendo caso. Hay más cosas que hacer como la eliminación de los plásticos de un solo uso", pide Julio Barea.
Maika Ávila
Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...