La bendición del corazón del PSOE
Los cuadros del partido en Andalucía se remangan para minimizar los costes de la negociación con los independentistas, mientras Sánchez proclama que tiene "más ganas, más fuerza y más argumentos que nunca"
Sevilla
Hay en las conversaciones entre socialistas una sensación de "apriétense los cinturones, que vienen curvas", pero la dirección federal quiere que esta vez no les pase como en la legislatura pasada, cuando se dieron de bruces con el rechazo a su política de alianzas en las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Entonces tuvieron que admitir que no habían explicado por qué y qué negociaban con Bildu y ahora dicen que han aprendido la lección. Ferraz se ha puesto las pilas antes incluso de que arranque oficialmente el procedimiento de investidura de Pedro Sánchez, previsiblemente, el martes que viene, con el encargo del Jefe del Estado.
La Rinconada, en la provincia de Sevilla, ha sido el lugar elegido este sábado para el primer acto del líder del PSOE tras el "teatrillo", en palabras de Sánchez, de Alberto Núñez Feijóo. En La Rinconada jamás ha perdido el PSOE, que no puede decir ya eso en casi ningún sitio de Andalucía, la federación más grande del partido. El alcalde del municipio es Javier Fernández, también jefe del partido en la provincia con casi 10.000 militantes, la más poderosa de toda España. Realmente, más que para dar la palabra a Pedro Sánchez, el mitin de este sábado estaba diseñado para que, en presencia de Sánchez, los cuadros del partido pudieran expresar su apoyo sin fisuras para todo lo que viene.
Un acto para que Javier Fernández pudiera decir a sus dos militantes más ilustres, Felipe González y Alfonso Guerra, que se puede discrepar, pero sin perder el "respeto y la consideración" al secretario general. "Todos somos iguales, no hay militantes A y militantes B, todos somos socialistas". No ha hecho falta que mencione a los veteranos críticos, como tampoco ha sido necesario que se explique el aplauso en pie a Luis Yáñez, histórico de cuando la foto de la tortilla, de los primeros en afear a González y Guerra su arremetida contra Sánchez a cuenta de la negociación con los independentistas.
Tenía que ser en Sevilla porque allí invocó Sánchez, en junio pasado, el espíritu de la remontada tras la derrota del 28-M. Este sábado, tres mil gargantas han gritado un largo "sí" a la pregunta de si quieren otros cuatro años de Gobierno de Sánchez. "Ser socialista es muchas cosas, pero sobre todo es ser valiente. Hay que hacerlo, pero no por nosotros, no por el partido, hay que hacerlo por España, que es nuestra también. No nos vamos a permitir nunca más que nos quiten la bandera o el himno", ha bramado el secretario provincial sevillano.
Ni un ataque al presidente, "lo vamos a blindar"
Ha sido un mitin organizado por el PSOE de Andalucía para que su responsable, Juan Espadas, pida a sus militantes que no se queden en casa y que defiendan al Gobierno progresista y a su presidente. El antisanchismo con el que el PP arrasó pueblos, ciudades y autonomías le sirvió a Ferraz como elemento de movilización de sus bases el 23-J y ahora les piden que no bajen la guardia. "No vamos a consentir ataques al presidente del Gobierno. Lo vamos a blindar entre todas nosotras, en el trabajo, en la puerta del colegio; hay que defender la figura del presidente que nos a llevar a seguir conquistando los próximos cuatro años", arengó la número dos de los socialistas, María Jesús Montero.
No hay duda del alineamiento del PSOE-A con Sánchez tras la derrota de Susana Díaz en las primarias, pero Espadas ha hilvanado hoy el discurso con el que sacará la cabeza en medio de las negociaciones con los independentistas y la ofensiva de la derecha por el riesgo de agravio entre territorios. Ha asegurado Juan Espadas que "el PSOE lo va a conseguir una vez que seamos un país unido, que respete la diversidad, pero que garantice la igualdad de todos los territorios". "La igualdad por encima de todo, desde la unidad, pero respetando la diversidad". El sábado que viene, el PSOE-A recibirá a Sánchez en Granada, en otro acto de partido, tras la cumbre europea que acoge la ciudad esta semana.
Minimizar los costes de la amnistía que no mencionan
Sánchez está decidido a pactar con ERC y Junts y quiere minimizar los costes de la operación. Cuando el martes salga de la Zarzuela se dirigirá a la Moncloa para comunicar que inicia las negociaciones de su investidura que, en realidad, llevan ya semanas en marcha sobre la base de una posible amnistía a los delitos del ‘procés’. Nunca ha pronunciado esa palabra hasta ahora. Tampoco en el mitin de La Rinconada, donde solo ha recordado que cuando España estuvo a punto de romperse fue en tiempos de Mariano Rajoy, cuando la declaración unilateral de independencia en Cataluña. Ahora, presume el presidente en funciones, se puede hablar convivencia y de concordia y eso es lo que ha prometido para la próxima legislatura. A los suyos lo que nadie dudaba, que va a por todas: "Tengo más ganas que nunca, más fuerza que nunca y más argumentos que nunca para que haya cuatro años más de gobierno progresista, de avances sociales y de derechos y convivencia en nuestro país".