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El obispo de Málaga, sobre el cura abusador detenido: "La reacción de algunos medios ha sido muy dura contra la Iglesia"

El representante de la Iglesia católica ha emitido un comunicado en el que condena "cualquier abuso de la mujer" y considera que los abusos se han producido "por ignorancia o por falta de vigilancia"

El obispo de Málaga, Jesús Catalá / DIÓCESIS DE MÁLAGA

El obispo de Málaga, Jesús Catalá

El obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha emitido este lunes un comunicado titulado "con motivo del sacerdote malagueño ingresado en prisión preventiva" en el que explica por primera vez su posición sobre el cura detenido hace unos días por sedar, grabar y agredir sexualmente a varias mujeres.

Las víctimas apenas aparecen en el texto, se acusa a los medios de comunicación de "virulencia" y considera que los abusos se han producido "por ignorancia o por falta de vigilancia". El comunicado comienza admitiendo que se siente "consternado y descorazonado" y reconoce que "el delito que se le imputa [al padre Fran] presuntamente de agredir sexualmente a varias mujeres a las que sedaba y grababa es muy grave".

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En este sentido, el obispo asegura que "siente el daño que esta situación lleva consigo" y manifiesta "su dolor como comunidad católica", para poco después reiterar su "repulsa y condena más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer". Sin embargo, no arroja ninguna explicación sobre el motivo por el que se trasladó a este cura de Melilla a Málaga, cuando presuntamente la Iglesia ya tuvo constancia de las prácticas que llevaba a cabo.

Sin embargo, en los siguientes párrafos es donde figura su ataque a los medios de comunicación por la cobertura de la noticia: "Hemos estado acompañando a los sacerdotes más implicados en los hechos, sobre todo a los párrocos donde ejerció el acusado, que han tenido que soportar la virulencia de algunos medios de comunicación, cuya reacción ha sido muy dura contra la Iglesia", reza el texto.

Sobre los motivos por los que ningún mecanismo de prevención ha saltado para evitar que se produzcan estos abusos, Catalá se limita a señalar: "Nuestra petición de perdón es por el propio pecado y el de nuestros hermanos, los hombres. También por lo que no hayamos hecho bien como comunidad cristiana, por ignorancia o por falta de vigilancia".

Por último, el obispo cree que el Presbiterio saldrá "más reforzado y unido de esta dura prueba" y afirma que "la misericordia de Dios es infinita y perdona todas nuestras culpas". "El pecado, aunque sea un gran daño moral, no tiene la última palabra", sostiene el obispo, que pide perdón "por el propio pecado".

 
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