El papa Francisco insinúa que la Iglesia puede abrirse a la bendición de parejas homosexuales

El Vaticano ha publicado el contenido de una serie de respuestas del papa Francisco a preguntas de un grupo de cardenales ultraconservadores sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo o el sacerdocio femenino. Las preguntas le fueron remitidas en julio, pero la Santa Sede hace públicas las respuestas del papa en este mes de octubre, momento en que va a celebrarse el nuevo sínodo en el que Francisco persigue que la Iglesia se actualice en consonancia con el siglo XXI. Interpelado por el matrimonio entre personas del mismo sexo, Francisco sostiene que la Iglesia sigue entendiendo el término como la «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer», considerando la unión entre homosexuales como un modelo «parcial y análogo». Ahora bien, Francisco apela a «no perder la caridad pastoral», a la que acompañan «la amabilidad, la paciencia o la comprensión» y concluye abriendo la puerta a la bendición de parejas del mismo sexo. Es un paso más después de su reconocimiento de las uniones civiles. «La prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio porque cuando se pide una bendición se está expresando un pedido de auxilio a Dios», argumenta Francisco en un paso más hacia ese avance al que la Iglesia se resiste desde siempre. Responde así Francisco a las preguntas de cinco cardenales, entre ellos el cardenal mexicano Juan Sandoval Íñiguez, conocido por sus declaraciones contra el matrimonio homosexual que le llevaron incluso a ser demandado por las autoridades de su país acusado de violar el estado laico de la nación mexicana, así como del cardenal Robert Sarah, de Guinea Conakry, que ha llegado a comparar las posiciones defensoras de la libertad sexual y el aborto con el nazismo. Al igual que con el matrimonio homosexual, Francisco responde a este asunto dando una de cal y otra de arena. Si bien defiende que cuando Juan Pablo II argumentó que se debía imposibilitar de modo definitivo que las mujeres pudieran ser sacerdotes con ello «no se las menospreciaba», también reconoce que la Iglesia no debe gestionarse con formas de dominio que «si no se comprenden y no se sacan consecuencias prácticas de estas distinciones, será difícil aceptar que el sacerdocio esté reservado sólo a los varones». Francisco cree que no hay una doctrina clara sobre la naturaleza exacta de una «declaración definitiva» sobre este asunto y considera por tanto que puede ser objeto de estudio. Por último, el papa responde a otras inquietudes de los cardenales ultraconservadores, que desean un mayor nivel de colaboración y opinión en los asuntos de la Iglesia. Francisco admite que la Iglesia debe avanzar mediante «la participación real», pero también les advierte que asumir una metodología «que agrada a un grupo y se imponga como cauce obligatorio para todos llevaría a congelar la variada riqueza» de la Iglesia. Desde al 4 al 29 de octubre, un total de 363 miembros de la Iglesia, entre ellas 85 mujeres, van a participar en el nuevo sínodo en el que va a intentar marcar su rumbo frente a los retos de los tiempos actuales. El propio Vaticano ha reconocido que espera que esta reunión marque «un momento de renovación profunda de la Iglesia, que nos lleve a una mejor comprensión de nuestra realidad». Este 4 de octubre se espera además que Francisco publique la segunda parte de su encíclica «Laudato si» dedicada al cuidado de la creación. En verano, el papa anunció que estaba escribiendo esta segunda parte, la primera fue publicada en 2015, y lleva preparando el terreno desde hace meses con sus mensajes en los que ha exhortado a los países a hacer frente al cambio climático. En la primera parte ya invitaba a reflexionar sobre el futuro del planeta, el desarrollo sostenible y lo que llamaba «desafío ambiental» de este siglo.

El papa Francisco insinúa que la Iglesia puede abrirse a la bendición de parejas homosexuales

El Vaticano publica una respuesta del pontífice a un grupo de cardenales ultraconservadores a pocas horas del inicio del nuevo sínodo en el que la jerarquía católica analizará el futuro de la institución

Antonio Martín

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