"El mundo se va desmoronando": el aviso del papa Francisco ante el futuro

El papa Francisco ha avisado en su primera homilía del sínodo que acoge el Vaticano durante las tres próximas tres semanas que esa reunión "no es un parlamento en el que sostener estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas", pero en paralelo ha publicado la segunda parte de su exhortación "Laudato Si" en la que escribe sobre muchas de esas estrategias y batallas.

Si ya en la primera parte, publicada en 2015, advertía sobre los estragos del cambio climático, este es también el tema fundamental con el que inicia este nuevo escrito. "Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes", escribe Francisco, quien añade que "el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre". Francisco da por hecho que este impacto seguirá en el futuro y afectará a la salud, el trabajo, la vivienda o las migraciones.

Francisco alerta de las consecuencias "gravísimas" del calentamiento global y su impacto en la Antártida o en Groenlandia y critica tanto a los que ridiculizan ese impacto como a quienes culpan a los pobres: "la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial", avisa el pontífice.

Francisco también reniega de quien justifica la contaminación argumentando que reducir la emisión de gases implicaría la pérdida de puestos de trabajo y responde que el propio cambio climático está provocando un incremento del desempleo.

Francisco realiza un repaso por distintas cumbres del clima y destaca los escasos avances que se han desprendido de ellas. "Hoy podemos seguir afirmando que los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos", escribe Francisco, quien incluso expresa sus deseos para la próxima cumbre que acogerá Dubái en diciembre: "sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente".

Ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales, pero esto no debería llevarnos a ignorar que la posibilidad de llegar a un punto crítico es real

—  Papa Francisco

Francisco reconoce que ha escuchado posiciones negacionistas del cambio climático dentro de la propia Iglesia y lamenta al final que los poderes económicos no parezcan realmente interesados en hacerle frente sino que están "preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda".

Críticas a la diplomacia internacional

En el texto, Francisco reflexiona también sobre lo que llama "la debilidad de la política internacional". El papa considera que no se han aprovechado grandes crisis como la financiera de la primera década del siglo, o la más reciente del COVID, para provocar "cambios saludables".

Aboga el papa por crear un nuevo multilateralismo más acorde con el momento actual y en el que la sociedad civil a través de sus organizaciones y comunidades tenga una mayor capacidad de influencia. En este sentido, el papa concluye que "todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz. En este marco necesariamente se requieren espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión".

Sin autocrítica en el texto

La exhortación del papa cumple su función de mostrar las conclusiones de un papa sobre distintos temas, pero en este caso no hay referencias al papel de la propia Iglesia o a los escándalos que la han rodeado, o de los que ha sido protagonista, en los últimos tiempos.

En los 73 puntos del texto, sólo cita a la Iglesia en una ocasión, en el punto en el que admite que hay en su seno quienes niegan el impacto del cambio climático. Habrá que esperar por tanto a la evolución del sínodo, en el que las mujeres tendrán voto por primera vez, para comprobar si el pontífice quiere dejar mensajes directos a los cardenales después de mostrarse abierto a la bendición de parejas homosexuales o a avanzar hacia la aceptación del sacerdocio femenino.