"Estoy a punto de caerme al suelo": el emotivo momento en el que Drew Weissman cuenta a sus padres que ha ganado el premio Nobel
El inmunólogo ha sido galardonado junto a Katalin Karikó por sentar las bases para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19
La llamada de Drew Weissman a sus padres tras ganar el Premio Nobel de Medicina 2023
Drew Weissman en el momento que cuenta a sus padres que ha ganado del Premio Nobel de Medicina / Cadena SER
Madrid
Esta semana se están anunciando todos los premios Nobel. El primero en conocerse fue el de Medicina, que este año ha recaído sobre Drew Weissman y Katalin Karikó por ser los padres de las vacunas contra la COVID a través de ARN mensajero. El doctor reconoció que antes de recibir la llamada oficial para anunciarle el premio, fue su compañera Karikó la que se puso en contacto con él: "No estábamos seguros de que fuera cierto, pensamos que tal vez alguien nos estaba gastando una broma", contó más tarde.
"Eres el producto de nuestros corazones"
Porque recibir una llamada con una noticia así es algo tan extraordinario que es normal pensar que no es verdad. La Universidad de Pensilvania donde trabajan ambos ha grabado el momento en el que Weissman telefoneó a sus padres para contarles que había sido premiado. Tras asegurarse que los dos estaban al otro lado, les dijo: "Tengo algo que contaros", a lo que su madre contestó: "Dispara". Y eso es lo que hace: "Gané el Premio Nobel", cuenta. Y se desata la alegría entre sus progenitores: "Oh ¡Dios mío, Drew! Estás de broma. Felicidades. ¡Qué fabuloso! No sé qué decir. Estoy a punto de caerme al suelo", reconoce su madre, que además, aprovecha para recordarle que siempre decía "que nunca iba a pasar": "¡Y lo has hecho! y siendo tan joven! Felicidades corazón. Eres el producto de nuestros corazones, Drew. Felicidades, te lo mereces".
Weissman y Karikó llevan 20 años trabajando juntos, "antes de que nadie supiera lo que es el ARN o le importara", contaban estos días tras recibir el galardón. Compartían además que, como ambos tienen dificultades para dormir, no era raro que "a eso de las tres o las cinco de la mañana" se enviaran correos electrónicos con nuevas ideas: "Siempre era estimulante, siempre estábamos hablando de ciencia", recuerdan.
La vacuna del COVID-19 fue un antes y un después en su vida y ahora viajan por todo el mundo atendiendo conferencias y otros compromisos pero no dejan la investigación. Weissman sigue reuniéndose con su laboratorio todas las semanas ya sea por videoconferencia o en persona.
Antes del Nobel habían recibido decenas de premios pero admiten que el Nobel “es el máximo reconocimiento al trabajo, así que es una experiencia maravillosa" todo lo que están viviendo estos días.