Un español al frente de la tabla periódica: "Es la mejor chuleta de química que hemos podido construir"

Madrid

La tabla periódica de los elementos se ha convertido en un icono de la ciencia y, al contrario de lo que muchos piensan, no es inalterable. "En parte lo es, pero vamos descubriendo nuevos elementos. Noventa de ellos los encontramos en la naturaleza, y a partir de él —y hasta el número ciento dieciocho— los hemos ido creando los seres humanos con nuestra inteligencia y el equipamiento científico", explica el catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Alicante, Javier García, el primer español en presidir la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC). Cuando se produce el hallazgo de un nuevo elemento, el organismo que lidera García es el encargado de comprobar su existencia y asignarle un nombre. "Como ha ocurrido con el mendelevio (Md) o el oganesón (Og)".

La geopolítica de la tabla periódica

Detrás de esa retahíla de nombres que todos aprendimos en la escuela existe una lucha poder entre los países. "Hay elementos más abundantes y otros más extraños, con usos importantes en el desarrollo de la tecnología. Ya existe una guerra de chips y de los materiales que necesitamos para fabricar pantallas, baterías o teléfonos móviles", explica el químico. En la carrera mundial por ser tecnológicamente independientes, se plantea la necesidad de dejar de utilizar elementos escasos y reemplazarlos por otros más abundantes y cuya extracción sea menos conflictiva. "La química está haciendo muchos esfuerzos para reemplazar por ejemplo el platino, que es escaso, o intentar sustituir las baterías de litio por baterías de sodio, que es muy abundante".

Química contra el cambio climático

El reto de reducir las emisiones de CO2 está concentrando los esfuerzos de la ciencia. El equipo de Javier García desarrolló hace una década catalizadores nanoestructurados capaces de reducir entre un 2% y 5% las emisiones de carbono de la industria química. "Es pura química, usamos la química para luchar contra el cambio climático". En el desarrollo de esta tecnología, Javier cumplió el rol de investigador y también de emprendedor: "No solo hace falta investigar sino llevar las tecnologías al mercado. Fundamos una start up para comercializar los catalizadores y diez años después la vendimos. Nos hace falta el agente intermedio entre el científico y las grandes empresas: el emprendedor".