"Va hacia un mundo desconocido": despega la primera nave espacial con rumbo a un asteroide gigante metálico
Desde la famosa base espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, la NASA ha lanzado con éxito la primera una nave espacial que visitará un asteroide metálico gigante, que mide 270 kilómetros y que es el más grande de este tipo en nuestro sistema solar
Tras su lanzamiento con un cohete Falcon Heavy, esta nave no tripulada tendrá que recorrer 3.500 millones de kilómetros para poder llegar hasta Psyche 16, este asteroide que está situado entre los planetas Marte y Júpiter, y cuya composición en rica en hierro. La nave también se llama Psyche y su misión es analizar el material que sobró cuando se creó nuestro sistema solar.
Uno de los máximos responsables de la NASA, Bob Cabana, ha afirmado que esta nueva misión científica supone "un momento increíble para la exploración espacial”, porque su destino es "un mundo desconocido". Tras su lanzamiento este viernes por un cohete Falcon Heavy de la empresa SpaceX, el viaje durará seis años y después se situará en órbita de este cuerpo en el espacio profundo hasta el año 2031.
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"Es la primera vez que vamos a un asteroide de metal, y esto podría traernos descubrimientos impensables", según ha explicado también la principal científica de esta misión espacial pionera, Lyndy Elkins. Al poder analizar el primer asteroide que tiene un núcleo de hierro, los astrofísicos también podrán conocer mejor la formación de los planetas del sistema solar, como la mismísima Tierra.
No en vano, se trata de la primera misión espacial que analizará “in situ” un cuerpo celeste con una superficie mayoritariamente compuesta por metales como el hierro. Además, por primera vez, al estudiar este asteroide con forma de patata de 279 kilómetros de ancho, se podrá acceder a su núcleo de hierro, algo que no se puede hacer con el que tiene nuestro propio planeta.
Motor de ciencia ficción
Por otra parte, la nave espacial no tripulada Psyche dispone de un nuevo sistema de propulsión eléctrica, que es capaz de capturar la luz solar con sus grandes paneles y luego la convierte en campos eléctricos y magnéticos.
Estos campos aceleran átomos cargados de xenón, un gas ionizado de color azul brillante, que son luego lanzados al espacio por los cuatro propulsores de la nave proporcionando un impulso que parece sacado de una película de ciencia ficción.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...