Cuti Vericad: "Yo respeto tanto a un alcohólico como a un triatleta, a quien practica el onanismo y al que se refugia en las drogas"

Cuti Vericad (Jaca, Hueca, 1973) es músico, fundador de Los Dynamos en 1990, la mítica banda de rockabilly. En el '97 empezó su carrera en solitario y hoy nos presenta su undécimo disco: 'La Venganza del samurái'. Es la tercera parte de una trilogía formada por El camino del samurái (2015) y El retorno del samurái, que presentó en 2020 justo antes del confinamiento.

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Como todos sus trabajos, este es un disco muy rico en referencias literarias, cinematográficas y musicales. Particularmente influenciado por la cultura asiática y esa figura de los samuráis, que abordábamos este verano con el periodista y escritor David López Canales. Cuti, que ha compartido escenario con The Rolling Stones, comparte con ellos una profunda reflexión sobre el paso del tiempo. A lo largo de todo el disco y en especial en 'Con dignidad', donde celebra haber superado la barrera de los 50 años. "Con deportividad y con con estoicismo, no se puede luchar contra lo inexorable", dice. "Animo a la gente en esta y otras canciones a practicar el anclaje, a vivir el momento, el aquí y el ahora, porque realmente muchas veces nos perdemos en ejercicios de nostalgia, echando mucho de menos muchas cosas, acordándonos de los episodios anteriores, sin recordar que realmente hoy hay un nuevo episodio de nuestra serie favorita". Don't look back, que cantaba Bob Dylan, uno de los músicos más presentes en La venganza del samurái.

Cuti Vericad nos invita a brindar por seguir vivos en este mundo cruel. Como cantaban los Stones, you can't always get get what you want, no siempre puedes conseguir lo que quieres o nos siempre sale todo bien. "Tenemos una sociedad muy infantilizada, con una bajísima, casi inexistente tolerancia a la frustración. Estamos rodeados de gurú, de coachs, de toda esta gente del impossible is nothing, si tú quieres, tú puedes, nada te puede parar. Un montón de gente subiendo al Everest con 50 años de repente, corriendo maratones. Pues no, no siempre todo sale bien, no siempre puedes conseguir lo que quieres, no siempre la vida es justa".

Hay que saber encajar la derrota y también encontrar las pequeñas victorias que hay detrás de cada derrota, afirma el músico. "Lo que pasa es que vemos una sociedad muy esclava del éxito, sea lo que sea el éxito, una cosa tan relativa y tan extraña, pero estamos muy obsesionados con el éxito", añade. Cuti Vericad dice tener cinco mil discos en casa, pero no un ordenador ni es usuario de plataformas de streaming. Lamenta que los músicos de hoy, la mayoría, no sepan de música, ni vayan a conciertos o compren discos. Es muy crítico con la industria musical, él que se autoproduce y financia todo.

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"Elegí esta vida y la voy a seguir hasta las últimos consecuencias", advierte. "Hace muchos años leí una columna de Maruja Torres que decía: siento un gran respeto por cualquier cosa que ayude a alguien a pasar una noche de tormenta. Siempre pensé mucho en esa frase, yo respeto muchísimo tanto a un alcohólico como a un triatleta, como alguien que decida practicar el onanismo hasta desmayarse y al que decida refugiarse las drogas". Él afirma que nunca las ha tomado, pero apuesta por emanciparse de las cuestiones morales, "dejarse llevar un poco y desde luego asumir las consecuencias de los actos".

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Aconsejado por Óscar Llorente, con quien hablamos también en La Hora Extra, La venganza del samurái es un disco corto, son solo siete canciones, pero siete joyas en cuanto a ritmo, arreglos, guitarras, voz, una exquisita factura que se observa también en los videoclips, que él mismo escribe y dirige.

La venganza del samurái es un viaje por carretera, desde los Beatles a los Rolling, pasando por Elvis Presley, Bob Dylan, Billie Holiday, Tom Jobim, Ella Fitzgerald, Elvis Costello o Miguel Ríos. De Kurosawa a la trilogía Kill Bill de Tarantino. Es un disco muy completo, eterno como el rock. "Morirán los rockeros y la gente que escucha rock, moriremos todos, pero el rock es eterno, es un ente abstracto, metafísica pura, no puede morir, el rock es eterno", concluye.