Cómo nos tenemos que hablar
Nuestro diálogo interno moldea nuestra realidad y creencias sobre nosotros mismos

Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología emocional, cada martes en 'Si amanece nos vamos' dedica un espacio para tratar temas sobre la mente y las emociones. En este caso, habla sobre el efecto y el poder que tienen algunas palabras. "Antes de nada, un pequeño disclaimer, no quiero que nos quedemos con la positividad tóxica de piensa en tus sueños y se harán realidad. Los sueños hay que construirlos y trabajarlos. Y mucho".
La periodista comenta un dato que le pareció curioso sobre el psicólogo Ruso Lev Vygotsky, que investigó si el cerebro actúa igual cuando hablamos en voz alta o estamos pensando, y sí. Se activan las mismas áreas.
"Charles Fernyhough, otro psicólogo, destacó que esas conversaciones internas que tenemos pueden llegar a generar 4.000 palabras por minuto. Unas 10 veces más rápido que el habla verbal. O sea que en realidad cómo nos hablamos es muy poderoso, porque hemos visto que activa las mismas áreas que cuando hablamos en alto pero además lo hace 10 veces más rápido".
¿Cuál es el efecto de la palabras en nuestro cerebro?
Al final, nuestro diálogo interno moldea nuestra realidad y creencias sobre nosotros mismos. Y eso también afecta a cómo sentimos las cosas. "Cómo nos hablamos día a día puede fortalecer áreas del cerebro y mejorar el estrés o regular el estado de ánimo o incluso a ser más eficiente", apunta Raquel.
¿Y si nos hablamos mal?
"También nos puede perjudicar". El profesor de medicina John H. Krystal realizó un estudio para demostrar el impacto de nuestras palabras y el diálogo interno negativo a diario es capaz de debilitar estructuras del cerebro haciendo que la persona que se habla mal todos lo días se vuelva más vulnerable a sentir estrés.
Sin embargo, si nos hablamos bien y usamos frases positivas, trabajamos áreas del cerebro como el lóbulo frontal (que nos ayuda a organizar, gestionar, planificar…). Y también hacemos que nuestro cerebro libere dopamina (la comúnmente conocida como hormona del placer) y generando sensación de calma.
¿Cómo podemos empezar a hablarnos mejor?
"Quizás con terapia, pero algo para empezar que nos puede ayudar es pensar en segunda persona, como si se lo estuviéramos contando a tu mejor amiga. Es más difícil que hables mal a tu mejor amiga, por lo que hasta que aprendas nuevas técnicas esta te puede ayudar".
Para terminar, la periodista habla sobre un proverbio chino que le gusta:
Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Atiende tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.




