"El confort también es que un producto sea biodegradable": la reflexión del Premio Nacional de Diseño, Álvaro Catalán de Ocón
Aimar Bretos entrevista a Álvaro Catalán de Ocón, Premio Nacional de Diseño 2023 y creador de la PET Lamp
Madrid
El madrileño Álvaro Catalán de Ocón es diseñador industrial de productos y ha ganado este año el Premio Nacional de Diseño en la modalidad Trayectoria en Diseño. El fallo del jurado justificaba el premio de la siguiente manera: "Álvaro Catalán de Ocón Roca de Togores ha recibido este premio por la trascendencia de su concepción del diseño como narrativa inequívoca del mejor y más inclusivo diseño español en el siglo XXI. Con presencia en los cinco continentes, en cinco de los museos más relevantes del mundo, y productos verdaderamente icónicos como la lámpara PET, a través de un diálogo sincero basado en el respeto intercultural y en el mestizaje de disciplinas, materiales, técnicas y afectos, Catalán de Ocón ha conseguido, desde su estudio en Carabanchel, fuera del sistema industrial convencional, lanzar un potente mensaje al mundo del diseño y poner el acento en la importancia de la colaboración, la protección mutua, la sostenibilidad y el hermanamiento entre culturas." En esta entrevista en Hora 25, el diseñador se mostraba algo abrumado por las palabras del del jurado, aunque reconocía que "de alguna manera, he encontrado unos caminos alternativos dentro del diseño para poder ejercer mi profesión desde mi ciudad."
Sin duda, el proyecto estrella de la trayectoria de Álvaro Catalán de Ocón es el de la PET Lamp. Se trata de lámparas construidas con botellas de plástico desechable que inundan los océanos. La idea la empezó a desarrollar en 2011 y le ha llevado a lugares como Tailandia, Colombia, Chile, Etiopía, Australia o Japón. Así explicaba el proyecto el propio diseñador: "Es un proyecto en el que, de una manera muy espontánea y natural, estando de vacaciones en Colombia, surgió la oportunidad de formar parte de un colectivo (donde había un artista, un paisajista, un arquitecto) que había estado en el Amazonas colombiano y se había dado cuenta de que ya no era ese paisaje idílico, esa selva virgen intacta, sino que estaba plagada de plástico. Era una orilla de plástico. Querían hacer un proyecto para dar conciencia en torno a ese problema. Entonces querían la perspectiva de un diseñador. Era la oportunidad de conocer el país trabajando sobre lo que tenía en el terreno, botellas de plástico, y, en lugar de la industria, que es de donde yo vengo, trabajar con artesanías locales. Intervernir esas botellas de plástico y reconvertirlas en otros objetos a través de cestería local aplicada por artesanos indígenas de la zona. Ese proyecto, que arrancó en Bogotá trabajando con un grupo de indígenas desplazados por la guerrilla, luego fue mutando y lo llevamos a Chile, Etiopía, Ghana, Japón, Tailandia, Australia, y se ha convertido en un proyecto casi antropológico, de estudio." Ninguna lámpara es igual a la otra, cada una es distinta. Son piezas únicas. A día de hoy han hecho 25.000 lámparas y todas son diferentes.
Los respaldos de las sillas de la mesa de reuniones del taller-estudio que Álvaro tiene en Carabanchel, en el que también vive, tienen un bordado de flores con punto de cruz creados a mano por una mujer búlgara, vigilante en el aeropuerto de Madrid, que en sus ratos libres hace manualidades. Nos preguntamos por cómo encuentra el diseñador madrileño a gente artesana tan diferente y en sitios tan distintos. Así nos respondía: "Lenuta Scutelnicu, así se llama. Llegué a ella a través de una asociación textil de Madrid. Es una fantástica tejedora, pero no puede vivir de ello. Entonces es guarda de seguridad en el aeropuerto, pero teje como los ángeles. Yo tenía esas sillas ahí y fue un poco una apropiación. Mucho de lo que se está haciendo ahora a nivel artístico es apropiación. Yo lo que buscaba era vincular esa silla de oficina a la casa. Aplicar un icono del hogar a una silla de oficina".
El oficio de diseñador
Álvaro Catalán de Ocón hace una reflexión sobre el oficio: "el arte del diseño donde mejor se expresa es en la industria". Él no cree que la producción industrial mate el talento: "Gracias a la genialidad de un diseñador y una empresa llega a tu casa una obra maestra a un precio de supermercado. Una pinza de la ropa es una obra maestra del diseño y cuesta dos céntimos de euro". El creador de la PET Lamp trazaba un recorrido por la historia del diseño y llegaba a nuestros días: "A nuestra generación de diseñadores nos ha tocado considerar aspectos ecológicos y sociales". Aimar le preguntaba si sacrificaría comodidad por sostenibilidad del producto, a lo que el diseñador respondía que "el confort también es que un producto sea biodegradable. Vivimos en una sociedad muy cómoda. El confort es lo que está arruinando el mundo. Para resolverlo tenemos que renunciar a mucha parte del confort que tenemos".
Pero Álvaro Catalán de Ocón no empezó estudiando diseño. El madrileño es licenciado en Gestión y Dirección de Empresas, así que acabamos preguntándole por cómo terminó en el mundo del diseño: "Uno con 17 años no sabe muy bien qué hacer, estaba despistado. Hecho en falta que en España no haya la tradición del año sabático, donde estás más abierto a que ocurra cualquier cosa y te pueda influir en tu decisión que va a marcar el resto de tu vida. A mitad de la carrera de empresariales hice la mili y fue como mi año sabático, el momento de pensar en que igual no era lo que quería hacer el resto de mi vida".
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...