Quien nos pide solidaridad por sus víctimas no puede seguir masacrando a la población palestina

Cuántos niños palestinos muertos más podemos soportar. Cuántas imágenes de niños y niñas cubiertos de polvo y de sangre entre los escombros podemos soportar, cuántas de niños temblando, inconsolables, buscando a sus padres entre las ruinas de Gaza. Cuantas imágenes de padres desesperados con los cadáveres de sus pequeños en brazos, cuántas imágenes más de muerte podemos soportar. Me asusta pensar que ya no nos hagan efecto, que hayamos deshumanizado a los muertos, que seamos capaces de sentarnos ante la pantalla y observar el terror y la muerte sin sentir un escalofrío en la espina dorsal.

Pero les diré más, cuántas más de estas imágenes podrán soportar los líderes de la llamada comunidad internacional antes de pedirle a Israel que pare, que pare ya, que todos entendemos su dolor y su desgarro por el acto terrorista de Hamás, pero que la respuesta no tiene ni proporción ni mesura. Quien nos pide solidaridad por sus víctimas no puede seguir masacrando a la población palestina de esta manera. La situación en la Franja de Gaza es inhumana y los que sobreviven no tienen dónde ir, están metidos en una jaula cerrada por fuera y quien tiene las llaves no solo les bombardea, sino que les deja sin los suministros más básicos. Los hospitales han colapsado y ayer, la responsable en España de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos nos contaba que tendrían que empezar a decidir el destino del poco carburante que les queda, o a los generadores de los centros hospitalarios o a las panaderías, porque el pan se ha convertido en el único alimento para los gazatíes.

Y mientras tanto, el desfile de la vergüenza, el desfile de mandatarios internacionales por Israel, con abrazo a Netanyahu incluido, abrazo y tímida muestra de preocupación por la situación humanitaria de los palestinos. Pero nadie exige a Israel que pare, nadie se atreve. António Guterres, secretario general de la ONU, se atrevió a decir algo que es una evidencia, tras la condena a los ataques de Hamás, añadió que estos no vienen de la nada, que son fruto de más de medio siglo de ocupación y acoso de Israel contra los palestinos, y la crisis que se ha abierto es mayúsculas, con la ONU, insisto. Y es importante esto porque Israel nació, precisamente, como Estado, gracias por una decisión de Naciones Unidas.

Cuánto tiempo va a esperar la comunidad internacional para alinearse con la ONU, ayer lo hizo Pedro Sánchez. ¿Cuántos dirigentes internacionales más se van a posicionar claramente en ese bando? ¿Durante cuánto tiempo más los civiles palestinos van a tener que seguir pagando por un crimen que ellos no han cometido?