Homo

Madrid

El 'Homo antecessor' nunca supo que era un homo. La palabra se creó 800.000 años después, año arriba, año abajo, a unos 2000 kilómetros de Atapuerca para nombrar al ser humano. Una palabra que hunde sus raíces en la tierra, el humus latino, porque muchos mitos sobre la creación, desde Grecia a Roma, pasando por Mesopotamia y por la tierra del Génesis, imaginaron en su desconocimiento que el ser humano había sido creado por una divinidad amasando el barro. De ese homo/hominis nacieron el hombre y lo humano y alguna de sus amenazas, como el homicidio.

Pero ese homo latino tuvo un antecesor en el homo griego, que en castellano usamos como prefijo y que no hace referencia a lo humano sino a lo igual. De ahí nació lo homónimo y lo homólogo, lo homogéneo y lo homologable, y la palabra homosexual, que no se refiere a un hombre muy sexual sino una persona inclinada sexualmente hacia individuos de su mismo sexo. Y después hay un omo sin hache, que puede brotar de un antropólogo iletrado o muy limpio, porque ese Omo, con mayúscula, es marca de un detergente que fue muy popular en España hace años, cuando nuestro 'Homo antecessor' aún dormía en la sima de Atapuerca. Pero esa es otra historia...