"Siento pena. Les conozco bien": un comandante retirado escribe una carta sobre los militares que piden al Ejército destituir a Sánchez

Madrid

El pasado viernes, el mismo día que Pedro Sánchez prometió su cargo de presidente de Gobierno ante el rey, medio centenar de militares retirados reclaman en un manifiesto su destitución. Según varias fuentes consultadas por la SER, la mayoría de los firmantes sobrepasan los 80 años y son "nostálgicos del franquismo". Un reducto de personas que el comandante en retiro del Ejército de Tierra José Aneiros Castro conoce bien: "He tenido que soportar durante más de 24 años vuestro despotismo y vilipendio hacia todo aquel compañero o subordinado que no mostrara sumisión a vuestras arbitrariedades compulsivas", relata en una carta a la directora del diario El País.

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"Desde mi punto de vista existían en el Ejército dos tipos de militares profesionales: los que servíamos a la institución y los que tenían la institución a su servicio", continúa detallando en esa carta. En Hoy por Hoy, reconocía haber sufrido "los envites" de los que pertenecían al segundo grupo: "Querían mantener el sistema dictatorial, les vendría muy bien. Sería muy extenso decir lo que ocurría", confiesa con cierta frustración, pero comparte ejemplos como "tener un coche de por vida, llevar a los niños al colegio en coche oficial o que el asistente llevara el carro de la compra de las señoras". Concesiones que ya no tienen: "Ellos perdieron muchos privilegios, hacían lo que querían y nosotros estábamos totalmente indefensos", recuerda.

El comandante Aneiros siente "pena" al leer manifiestos como ese pero cree que "los españoles pueden estar tranquilos porque ya no hacen daño a nadie" pero que sí daña "a la democracia y a España". Entiende que la gente joven es distinta: "Antiguamente los militares eran militares por familia. Ellos eran la élite y nosotros éramos desertores del arado. Que ya no sea así es lo que más les duele".

Este militar está tranquilo. Sabe que más gente piensa como él que como "los otros" pero considera que el problema no son ellos sino "lo que dicen y los cachorros que por ahí andan. Que puedan tener influencia". Subraya que "tienen muchos tentáculos y conocen a militares que están en activo, y eso es lo peligroso". Recuerda que hace unos días un alumno de la Academia Militar de Zaragoza llevaba una pistola en una concentración contra la amnistía frente a la sede socialista de Ferraz y recuerda que "en el Parlamento español están quienes les representen: la ultraderecha".