En los últimos días de esta semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha viajado a Israel y Palestina para reunirse con las autoridades de ambas regiones. El viaje lo ha realizado en calidad de presidente del Consejo de Europa y acompañado del primer ministro belga, Alexander De Croo, quien sucederá a España en el cargo rotatorio europeo. En su encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Sánchez le trasladó: «Israel tiene derecho a la defensa propia. También esa respuesta debe respetar la ley internacional incluida la humanitaria. El número de palestinos muertos es realmente insoportable». Acto seguido, defendió también un alto al fuego y la solución de dos estados. Sin embargo, se ha desatado una crisis diplomática este viernes por la tarde. El Ministerio de Exteriores de Israel ha convocado este viernes a los embajadores de España y Bélgica como represalia por las afirmaciones realizadas. Así, acusan a Sánchez y De Croo de «apoyar al terrorismo» de Hamás. Apenas una hora más tarde, el ministro de Exteriores español, Jose Manuel Albares, ha respondido calificando de «falsas e inaceptables», añadiendo que están estudiando dar una respuesta «oportuna». Antes de conocerse la respuesta de Albares, el PP ha salido a la carga contra Sánchez, acusandole de «crear un conflicto» y «romper lo que toca». El vicesecretario general del Partido Popular, Esteban González Pons, ha publicado varios mensajes en su cuenta de X, antes Twitter, en este sentido. En primer lugar, considera que, dado el resultado obtenido, podría haberse ahorrado el viaje: «Viajar a Israel para enemistarte es lo contrario de diplomático. Ir invitado a casa del aliado para ofenderle es la peor jugada exterior para España. Para viajar el último y crear un conflicto, mejor no haber ido. Primero, el Magreb y ahora, Oriente Medio, este rompe lo que toca». En este sentido, considera que las declaraciones de Sánchez «arrojan a España a la irrelevancia» mientras le acusa de no sumarse a la posición de la UE y la OTAN: «En lugar de sumarse a la posición de occidente, UE y OTAN, toma partido por una de las partes en el conflicto. Dinamitando así cualquier posibilidad de facilitación o mediación futura de España en una solución política negociada tras la guerra. Arroja a España a la irrelevancia». Además, asegura que ha realizado el viaje para «ofender» a su anfitrión: «Viajó a Israel, sin consenso en España, para que la ofensa a su anfitrión, Netanyahu. le resolviera un problema de falta de coherencia de su propio Gobierno, y le ha creado un problema a España. Ha puesto el interés de su coalición de gobierno por delante del interés de su país». Por último, concluye: «El PP respalda a Israel y su derecho a combatir el terrorismo, dentro del derecho internacional. El PP apoya los derechos del pueblo palestino. El PP sí coincide con la posición de la UE. Y exige respeto a la vida y seguridad de todos y liberación inmediata de los secuestrados».