Oliver Stone: "Netanyahu ya era un fascista y un matón"
El director americano publica en España sus memorias, 'En busca de la luz' con la editorial Libros del Kultrum, en las que explica cómo la guerra y Vietnam le convirtieron en un cineasta con 'Platoon' y 'Salvador'
Oliver Stone: "Netanyahu fue un fascista y un matón en el pasado"
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Madrid
Hay dos sucesos biográficos que convirtieron a Oliver Stone en cineasta, fue el divorcio de sus padres y haber combatido en la guerra de Vietnam. Esas dos cosas tienen mucho que ver en cómo el americano configuró su conciencia política que ha acompañado cada una de sus películas. "Siempre tuve la impresión de que mis padres estaban profundamente enamorados y que era un matrimonio maravilloso. Luego descubrí que me mentían. Fue como vivir una guerra civil. Luego fui dos veces a Vietnam y, entre medias, había escrito un libro que quizá no conozcas, y que escribí con 19 años. Yo quería ser novelista y ese fue mi primer intento. Eso explica mi pasado, que dejara la universidad y me fuera a la guerra. Eso fue totalmente diferente a todo lo que había experimentado antes, porque descubrí que todo era una gran mentira", dice el director en una entrevista en la Cadena SER. "Las razones por las que estábamos ahí eran mentira. Que íbamos ganando la guerra era mentira. Y encima mi padre y mi madre me habían dicho muchas mentiras y la guerra era también mentira. Tenía la sensación de ser un niño inocente que iba descubriendo la mentira", añade.
ENTREVISTA | Oliver Stone: 'Aceptar las mentiras es una forma de corrupción'
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Stone acaba de publicar en España En busca de la luz, sus memorias que edita aquí Libros del Kultrum y que centran sus primeros cuarenta años de vida. Su infancia como hija de madre francesa y católica y de padre americano y judío y la guerra siempre presente, en sus abuelos franceses, en su padre americano y en él, yendo a combatir voluntariamente a Vietnam. "Habrían sido 800 páginas si lo hubiera hecho todo. Pero además, creo que lo más importante de mi vida ocurrió al principio", explica sobre la decisión de centrarse en sus inicios, en su empeño por lograr ser un director de cine. "Hice esas dos películas, Salvador en 1985 y Platoon en 1986 y logré mi sueño. Fueron un éxito, dieron la vuelta al mundo y gané el Oscar y Elizabeth Taylor me besó en el escenario, no se puede pedir otro sueño como ese".
Todo eso fue antes de mudarse a Los Ángeles, y saborear las mieles del éxito internacional con Platoon, fue un intento de enderezar su vida y de encontrarse a sí mismo. Pero acabó herido varias veces y sufriendo lo peor que tiene la guerra, matar a civiles. Esas experiencias las volcó en esta película protagonizada por Charlie Sheen, Forrest Whitaker, y Willem Dafoe, con un jovencísimo Johhny Depp, una película que lo encumbró como cineasta y que le costó años sacar adelante. En aquel momento nadie confiaba en una historia sobre un trauma tan reciente, pero finalmente salió adelante, ganó dos Oscar y reflejo uno de los retratos más duros y menos heroicos del ejército.
"Las drogas en Vietnam me salvaron la vida"
Antes de eso escribió guiones para otros, Scarface, Conan, Expreso de medianoche, y rodó su primera película, Salvador. "Llegó Hollywood, los premios, y los altibajos, a los 30 hubo cosas buenas, pero adquirí malos hábitos, ya sabes el sexo y la cocaína". Fue aquí cuando Stone tocó fondo, pero supo salir de aquello, como reconoce en el libro y en la entrevista. "La cocaína fue un desastre para mí, porque me volvió adicto. Fui un esclavo durante un tiempo, por eso escribí Scarface. Fue mi venganza". Sin embargo, no está en contra de las drogas, aunque sí de la corrupción en torno a ellas, como demostró en Salvajes, una película que presentó en San Sebastián en 2012, cuando recorrió el Premio Donostia. Basada en la novela de Don Wislow y con John Travolta, Benicio del Toro o Blake Lively. "Las drogas en Vietnam me salvaron la vida, me salvaron el alma. Creo que el cannabis y esas cosas fueron muy fuerte en esa época. Empecé a ver el mundo de otra manera y me mantuve humano, porque la guerra es agotadora, te deprime y te vuelve inhumano en muchos aspectos. Los soldados estadounidenses eran racistas y odiaban al enemigo, los llamaban de todo y no tenían problema con matar a civiles, que es, sin duda, lo más feo de la guerra. Eso te deshumaniza. Yo tuve muchos amigos soldados negros, porque no había conocido a personas negras hasta que llegué a Vietman. Eran de clase baja, personas maravillosas que me cuidaron. Y ahí empecé a tomar drogas como el LSD, hongos y esas cosas", explica sobre lo duro que fue sobrevivir a la guerra, un tema que vuelve una y otra vez en los capítulos de esta sincera y valiente biografía.
La guerra de Vietnam fue también el momento en el que este joven perdido, herido, tomó conciencia política, de izquierdas, una visión que pocos directores han sido capaces de explicar. "Obviamente empezó con Vietman. Martin Luther King fue asesinado en esa época. La reacción de muchos soldados negros fue de ira. Eso provocó una especie de guerra civil dentro de las tropas". Reconoce en el libro que votó por Reagan, pero eso fue cuando todavía no había descubierto las mentiras que el sistema contaba. "Estados Unidos quería que la Guerra Fría continuara con la Unión Soviética, porque había mucho dinero en juego. Estos son grandes temas y han sido la pieza central de mi vida. Escuché toda esa propaganda cuando era pequeño. Y la estoy escuchando de nuevo. La misma mierda de que Estados Unidos está amenazado, que Estados Unidos tiene que preocuparse. Tiene que gastar mucho dinero para defenderse y mantener su libertad. Mentiras, mentiras, mentiras, mentiras".
Mentiras en casa, con el divorcio de sus padres y mentiras de papá Estado a la población. Como esa metáfora de George Lakoff del estado americano como padre protector que dice qué hacer a los hijos y qué pensar. "Yo era hijo único y el divorcio de mis padres me desgarró, ellos se destrozaron. No dije nada, no me quejé, me lo guardé todo para adentro y me estaba pudriendo. Escribí una novela y quise ser novelista, pero me desanimé, odiaba al mundo editorial, odiaba Nueva York, quería alejarme de allí", reconoce. "Fue así como salió mi lado más político. Mi padre era republicano, yo fui criado como conservador. Luego descubrí todo lo que el FBI había hecho. Y la CIA con la operación Gladio solo para hacer cosas contra la izquierda diciendo que todo el mundo era comunista. Ahí mataron a Aldo Moro. Nixon apareció entonces con su política sobre las drogas y América comenzó a polarizarse".
Vietnam es el origen de muchos males, como el cine se ha encargado de mostrar. Coppola, Scorsese en Taxi driver, por cierto, que Stone fue taxista en esa época en Nueva York, pero desmiente que el personaje tenga que ver nada con él. "Fue una guerra mal entendida en Estados Unidos. Fue un desastre. Hubo fuego amigo, se mató a civiles, hubo arrogancia de pensar que los vietnamitas eran inferiores. Como dijo Kissinger, de cuarta categoría. No aprendimos mucho, como se puede ver en la historia estadounidense post Vietnam. Es muy decepcionante que nunca nos hayamos molestado en aprender de esos errores. Las películas, los libros lo hicieron mal, salvo excepciones. Yo hice Platoon con esa idea, hice Nacido el 4 de julio con esa idea, que fue más controvertida todavía. Y luego con Cielo y tierra, una película que nadie fue a ver porque trataba de una mujer vietnamita. Yo lo intenté", incide sobre la idea de una triología que reflejase en conjunto lo que había supuesto Vietnam para los que murieron allí, los que sobrevivieron de aquella manera y para los propios vietnamitas. Lo cierto es que ha sido el único que se ha fijado en los colonizados.
Si hay un suceso de la historia americana fue el asesinato de Kennedy. Dice que en ese momento no se dio cuenta de la importancia de aquello, pero después aquella gran mentira le ha acompañado. Hizo JFK con Kevin Costner y hace unos años un documental donde aportaba la documentación utilizada para el histórico filme. "Fue en los 80 cuando ya tenía éxito, y leí el libro de Jim Garrison, Tras la pista de los asesinos sobre el asesinato de Kennedy. Era el fiscal de distrito en Nueva Orleans y había estado involucrado en el caso brevemente. Aquello fue una gran mentira, otra más, porque la investigación del crimen fue una broma. No hubo investigación. Los testigos fueron despedidos, desaparecieron. Todo se bloqueó y la Comisión Warren fue una farsa, una farsa de investigación. Eso me cabreó mucho y escribí JFK. Ahí empecé a ser señalado como un político, cuando yo no lo era. No he sido un activista, simplemente planteo ideas, hago películas".
"Todo empeoró después de JFK. Estados Unidos volvió a la guerra. Fuimos a Panamá en 1989. Fue horrible. Fue espantoso. Luego a Nicaragua, lo que hizo que rodara Salvador, porque conocí al periodista Richard Boyle. Lo que vi en Centroamérica fue asco. En Salvador estaban matando a mucha gente y torturando a izquierdistas. En Nicaragua, los nicaragüenses contraatacaron. Ganaron su revolución. Pero Estados Unidos financió y apoyó a la Contra, que eran fascistas, para que regresaran a Nicaragua y la recuperaran. Y Estados Unidos nunca renunció a derrocar al régimen nicaragüense. Y a partir de ahí seguimos adelante. Irán e Irak fueron los siguientes. La gran guerra del 91 en la que estuvimos y luego la segunda guerra de Irak y así sucesivamente en un ciclo interminable de guerras. Eso se debe a que estamos atados a la industria militar. Tenemos que ir a la guerra para justificar los presupuestos. El dinero no fluye. Es una situación muy triste, especialmente para un país que sabe que cometió un gran error en Vietnam, pero siempre lo justifica con argumentos de mierda, de que si no lo hacemos nosotros lo hará otro, o de que lo hacemos por la libertad y la democracia. Es repugnante", añade.
"Me sentía de derechas al lado de Jane Fonda"
A pesar de que su cine ha intentado mostrar una mirada crítica a la sociedad americana y a los temas que le preocupan, insiste en que el cine es el lugar para entretener. "Las películas tienen que hacerte reír, llorar, sentir. Soy dramaturgo. Tengo un interés en el mundo como ciudadano. Y creo que, como artista, deberíamos tenerlo. Cuando quiero exponer un punto político fuerte, hago un documental, ya he hecho diez. Hice La Historia no contada de los Estados Unidos, de la que estoy muy orgulloso en 2012, son doce capítulos sobre mi país y acabábamos con Obama. Ahí hay mucha verdad". Entre esos documentales se encuentra Looking for Fidel, Mi amigo Hugo, sobre Hugo Chávez, o un documental que defiende la energía nuclear y que le provocó la primera crítica de la que ha sido su gran ídolo en Hollywood, la actriz Jane Fonda. "Me sentía de derechas a su lado", confiesa en el libro.
De todos los documentales el que cobra mayor relevancias estos días, por la situación geopolítica actual y la guerra en Israel y Gaza es Persona non grata, un documental sobre los territorios palestinos a través de la figura de Yasser Arafat. Sobre el momento actual, Stone, cuya familia paterna era judía decía lo siguiente: "Estoy muy decepcionado. Netanyahu fue un fascista y un matón en el pasado. Lo entrevisté en 2002 cuando hice Persona Non Grata. Pero cuando fui a ver a Arafat, claramente estaba empeñado en vengarse. Su hermano había sido asesinado. Odiaba, odiaba el terrorismo. Todos lo hacemos. Es algo cobarde, pero al mismo tiempo es la única manera en que los palestinos podrían contraatacar. Fueron completamente aplastados por el estado de apartheid y fueron aplastados en estos campos que eran inhumanos. Yo tengo antepasados judíos y no estoy nada de acuerdo con esto, que creo va a llegar a ser una guerra más amplia. Pero el verdadero objetivo de Netanyahu es aún peor. Creo que ha estado intentando que Estados Unidos entre en guerra con Irán desde principios de siglo. Llegó al Congreso. Es un pez gordo aquí. Y creo que quiere ponernos en una guerra con Irán. Entonces podemos destruir Irán por él. Pero eso no va a suceder".
Entre sus películas hay también un biopic dedicado a uno de los grupos que más le ha marcado, The Doors, que acompaña algunas de las reflexiones del libro. "Amo su música. Creo que es erótica, seductora. Me gusta mucho la música. A Jim Morrison lo llamaban un político erótico. Es extraño, pero influyó en mucha gente, creía en la danza dionisíaca, en el chamanismo, en la mitología. Si sigues sus palabras ves que hace descripciones líricas y mitológicas, como cuando habla de ver a la serpiente montar a una serpiente. Murió muy joven, lo cual fue triste".
Scorsese o Ridley Scott, mayores que Oliver Stone, acaban de producir películas épicas y enormes, de gran presupuesto. Stone dice que hizo una de estas características. "Bueno, no hace tanto hice Alejandro, que me gustó muchísimo. La gente debería ver el corte final que hice después, en 2007. Me encanta porque así pude distribuir la película de tres horas y veinticinco minutos, que es lo que debería haber sido en el estreno, pero insistieron en que la cortara. No pude hacerlo".
A Scorsese lo menciona mucho en su libro. Fue su profesor, cuando decidió entrar en la escuela de cine, una de las mejores épocas de su vida. "Sabía que no quería volver a la universidad, Yale, y fui a la escuela de cine en Nueva York, y tuve un maestro maravilloso, Martin Scorsese, que fue muy inspirador y muy apasionado. Fue muy especial. Pero seguía con ese ansía de escribir. En la escuela hacíamos todos los oficios, pero no había escritores. Creían que el director era Dios, ya sabes, la figura del auteur, estaba de moda Godard y Truffaut. Yo seguí escribiendo guiones mientras iba a clase. Fue, sin duda, una época muy divertida". El cine europeo era en aquella generación de directores muy importante, también para Stone que reconoce que le gusta Buñuel. "Fueron muy influyentes en mi época de estudiante. Tenían un punto de vista muy diferente al americano. Era otro estilo, más autoral. Godard no necesitaba guion, sino una idea brillante y entonces inventaba nuevas técnicas. Me encanta haber intentado eso con algunas de mis películas. Y Buñuel fue un cineasta muy irónico. Mi amor por el cine fue creciendo, pero tengo que decir que no soy nada snob con esto. Disfruto las película".
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Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...