Raffaele Imperiale, el narco que robó dos obras de Van Gogh, regala a la Justicia italiana su isla de 80 millones de dólares para rebajar su condena

Madrid

Cuando el juez le pregunto a Raffaele Imperiale, apodado “el jefe Van Gogh”, un importante narcotraficante internacional de la camorra italiana, durante la vista de su juicio en Nápoles si tenía algo que alegar, este dijo que para mostrar su voluntad de colaboración con la justicia, les entregaba su isla personal, situada en los archipiélagos artificiales frente a la costa de Dubái y valorada en 80 millones de dólares. Todo con la esperanza de que le reduzcan la sentencia.

Imperiale, que había estado prófugo de la justicia cinco años, fue arrestado en Dubái en agosto de hace dos años y extraditado a Italia el pasado año.

En la documentación aportada, se muestra que la isla, llamada Taiwan, fue adquirida por Imperiali durante su época en la clandestinidad, y se abonó buena parte de los más de 50 millones de euros pagados en efectivo. La isla forma parte de un archipiélago artificial frente a la costa de los Emiratos Árabes Unidos llamado “El Mundo” y con la forma de un mapa del globo terráqueo.

Para él pide la fiscalía 14 años de cárcel e intenta demostrar su voluntad de cooperar con la justicia, para recibir una sentencia sensiblemente menor. Maurizio De Marco, el fiscal de su causa, dice que “esta claro que Imperiale quiere reducir su pena, y estamos evaluando la validez de sus declaraciones, aunque no parece haber dudas de su autenticidad”.

El narco había empezado su carrera criminal en una cafetería de Ámsterdam vendiendo cannabis y se cree que fue el líder de un presunto súper cartel de la droga, junto con el ex criminal más buscado de los Países Bajos, Rodouan Taghi, jefe de la banda irlandesa Daniel Kinahan y el narcotraficante bosnio Edin Gacanin.

Kinahan, su padre Christopher y un hermano del mismo nombre, son prófugos de la justicia y por sus cabezas ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares. Las autoridades italianas consideran que el grupo de Imperiale es uno de los 50 cárteles de la droga mas grandes del mundo con un virtual monopolio de la cocaína peruana.

El mafioso italiano disfrutaba de un lujoso estilo de vida en Dubái y gastaba más de 400.000 euros al mes para mantenerlo. Poseía dos cuadros de Van Gogh, ambos robados, y de ahí le venía su apodo. Para demostrar su voluntad de convertirse en informante de la mafia, Imperiale devolvió los cuadros a las autoridades judiciales y su información llevó a la recuperación y devolución de dos de las pinturas al museo Van Gogh de Ámsterdam, que habían sido robadas el 7 de diciembre del 2002 y permanecieron desaparecidas durante mas de 13 años hasta que fueron descubiertas por el Guardián di Finanza italiano cerca de Nápoles en el 2016.