'Primera memoria', una novela de crecimiento, sobre la inocencia y la traición al comienzo de la Guerra Civil
Ana María Matute firma la primera obra de su trilogía 'Los mercaderes': un texto clave para entender la narrativa de la autora
'Primera memoria', una novela de crecimiento, sobre la inocencia y la traición al comienzo de la Guerra Civil
Ana María Matute nació en Barcelona en 1926 y murió en 2014. Es una de las voces más personales de narrativa española de posguerra. Ocupó el sillón K Mayúscula en el Real Academia Española y le concedieron el Premio Cervantes en 2010. Es la autora de, entre otras obras, 'Los Abel', 'Los hijos muertos', 'La torre vigía', 'Olvidado Rey Gudú', 'Aranmanoth' o 'Paraíso inhabitado'. Es autora también de gran número de relatos y de cuentos infantiles. 'Primera memoria' es la primera novela de la trilogía 'Los mercaderes', integrada además por 'Los soldados lloran de noche' y 'La trampa'. Ganó el Premio Nadal de 1959 y se publicó en 1960. Es una novela maravillosa sobre el paso de la adolescencia a la madurez, sobre la inocencia, la traición, y sobre la Guerra Civil, contada de una forma extraordinaria.
Una obra sobre el recuerdo de la adolescencia
'Primera memoria' está considerada como la obra de la memoria de una adolescente, en la cual se proyectan las circunstancias personales de la escritora con la óptica de una edad que coincide con la de la protagonista, incluso en los lugares recordados. En el exilio interior de ambos, el empeño social y testimonial de la escritora se amalgama con los sueños e ideales de una adolescente. En este recorrido paralelo, la Guerra civil lleva a la luz rencores, hostilidades, mientras la adolescencia se abre a la poesía de la vida. La protagonista se encuentra aislada en un círculo cerrado, sueños y aspiraciones, obstaculizados por una realidad que ofrece pocas esperanzas, no llegarán a realizarse.
En 'Primera memoria' se cierne la figura de la abuela, doña Práxedes, uno de esos personajes que dirigen su existencia y la de los demás, llenos de perversidad y altanería y que privilegian a los parientes que le son afines y saben adularla, perpetuando ese estado de mentira y simulación que consienten mantener dicha actitud de supremacía, y se avala de una absoluta impunidad de cacique. La vida encarna el espacio donde anidan los sentimientos del ser humano, donde odio, rencor, envidia, desamores prevarican la lábil precariedad de subsistencia del amor y donde los intereses socioeconómicos de las altas clases subyugan las exigencias de los desposeídos.
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En la obra el recuerdo se convierte en tema central: la vicisitud narrativa se devana en clave de memorias de una adolescente que cuenta el despertar del amor, la difícil comprensión de su modo de ser y en fin el desamor. Se devana una visión pesimista de la existencia humana, vista desde la perspectiva de una adolescente que entrará en la edad adulta con la plena conciencia del derrumbe de los mitos, de los sueños infantiles. No es la complacida búsqueda del tiempo perdido, ni el lento revivir de algunos años lejanos que el tiempo ha jaspeado de melancolía y nostalgia. Es, esencialmente, la creación consciente de un mundo iluminado de luz propia, visto en primera persona por una mujer adulta que permanece escondida detrás de la misma jovencísima protagonista.
Este texto contiene fragmentos del artículo 'Una perspectiva de la guerra civil española: conflictualidad y amonestación en "Los mercaderes" de Ana María Matute', de Giovanna Scalia, de la Università di Perugia. Editado por Actas del Centro Virtual Cervantes.