Colgar
"El turbio vaticinio de Abascal sobre lo que el pueblo querrá hacer con Pedro Sánchez ha convertido el verbo colgar en la palabra del día"
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Madrid
El turbio vaticinio de Abascal sobre lo que el pueblo querrá hacer con Pedro Sánchez ha convertido el verbo colgar en la palabra del día. Es un verbo interesante. Los primeros académicos atribuyeron en 1729 su etimología al 'collum' latino, cuello, por el aroma a ahorcamiento. Hoy se considera que colgar viene de 'collocare', que dio dos verbos en castellano: el casi literal colocar y el evolucionado colgar, para referirnos a aquello o aquel que colocamos suspendido, sin que llegue al suelo.
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De este verbo derivaron algunos usos metafóricos. Por eso nos quedamos colgados de una persona de la que nos enamoramos o somos dependientes, cuelgan las botas o la toga o lo que sea quienes abandonan una profesión, tenemos colgado un trabajo cuando está sin acabar, nos cuelgan una culpa cuando nos acusan sin razón, o colgamos nuestros contenidos en internet cuando el ordenador no se cuelga. También colgamos el teléfono, una acepción que deberían revisar los académicos porque el diccionario define esta acción como "colocar el auricular del teléfono en su sitio al terminar una conversación", olvidándose de los móviles. Y es muy curiosa la acepción coloquial que se refiere a la dependencia de las drogas y que nos permite volver a la casilla de salida. Porque de quien abusa de estas sustancias decimos que está colgado o colocado. Sentido que podría aplicarse a quien suelta alguna barbaridad extemporánea...
COLGAR | La palabra del día de Isaías Lafuente