'Cocotriz'
"El femenino de cocodrilo. Se podría pensar que fue una extravagancia moderna de algún académico desmelenado, pero no"

Madrid
Ayer hablamos de la palabra lince, un epiceno masculino que, como tal, no tiene femenino. Ni siquiera, conforme a la norma, podríamos hablar de 'una' lince, sino de un lince hembra. Aventurábamos que sin llegar a 'linza' o 'lincesa', el femenino se abrirá paso. Y es que sucedió con otros epicenos animales. El femenino elefanta, por ejemplo, llegó al diccionario en 1803, apenas 20 años después de que los académicos registrasen elefante como epiceno. Hipopótama tardó un poco más, entró en el último diccionario académico, ya en este siglo.
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Y hay un caso curioso que me ha llegado hoy a través de las redes sociales: el femenino de cocodrilo. Hoy no lo encontraremos en el diccionario, en el que la palabra sigue siendo de género masculino. Pero durante siglos tuvo su propio femenino. Y no fue el evidente, 'cocodrila', sino dos palabras que hoy suenan a palabro: 'cocotriz' y 'cocadriz'. Se podría pensar que fue una extravagancia moderna de algún académico desmelenado, pero no. Ambos llegaron a finales del XVIII y en el caso de 'cocadriz', lo registraron otros diccionarios desde el siglo XVI. Y no desaparecieron del diccionario de la RAE hasta 2001, enterrados por su escaso uso. La curiosidad nos permite documentar que la vocación inclusiva de la lengua, intermitente, asimétrica y mejorable, no es cosa reciente. Y que los hablantes abren paso a nuevos términos o ignoran los recogidos en el diccionario según les venga en gana. Así funcionan las cosas...





