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Existe un Derecho Humano a la nacionalidad, pero ¿qué pasa con los apátridas?

El fiscal Félix Martín nos habla del Convenio internacional de protección de apátridas y además nos explica las causas principales de este problema

Existe un Derecho Humano a la nacionalidad, pero qué pasa con los apátridas

Existe un Derecho Humano a la nacionalidad, pero qué pasa con los apátridas

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Abrimos el Juzgado de Guardia de 'Si amanece nos vamos' con nuestro Fiscal, Félix Martín, la semana pasada nos visitó en el estudio y tuvimos la oportunidad de contar con el testimonio de Sergi, una persona que vivió la experiencia de ser jurado popular. Esta semana abrimos un nuevo tema: la nacionalidad y la apatridia, cuando tu vida es invisible, y no tienes derecho a nada.

La mayoría de nosotros no pensamos en las consecuencias prácticas de la nacionalidad. De repente, sólo nos preocupa cuando viajamos al extranjero, cuando se celebran los Juegos Olímpicos, o unos Mundiales, o cuando votamos en las elecciones nacionales y no solemos pensar en ella de forma habitual. Sin embargo, para otros se trata de un sueño inalcanzable. Félix Martín nos cuenta que hay entre 11 y 15 millones de personas en el mundo, que no tienen ninguna nacionalidad y por tanto no se pueden atener a la protección de ningún Estado. Estas personas son los apátridas.

Historia real

Félix Martín nos cuenta la historia de Sergio Chekaloff que a sus 74 años y tras un largo periplo en busca de una nacionalidad, Sergio ha sido reconocido como apátrida en España, recuperando los derechos más básicos y su capacidad de soñar.

Derecho humano a la nacionalidad

La inclusión del derecho humano a la nacionalidad se produjo en el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de fecha 10 de diciembre de 1948. "Toda persona tiene derecho a una nacionalidad", comentaba Félix, "a nadie se le privará arbitrariamente de su nacionalidad, ni del derecho a cambiar de nacionalidad".

Ser apátrida es la respuesta de la humanidad a las barbaridades que se dieron antes, durante y justo después de la II Guerra Mundial: judíos sin nacionalidad que sobrevivieron al genocidio perpetrado por los nazis que dejaron sin hogar a millones de personas de origen alemán, expulsándolas de los países de Europa del Este después de la victoria sobre Alemania. A estos también se les suman millones de polacos, ucranianos, bielorrusos y otras poblaciones minoritarias de la Unión Soviética, que fueron expulsadas a la fuerza o tuvieron que huir por motivos de seguridad.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos implicó un cambio de mentalidad, "una toma de conciencia pero como tantas veces, no ha erradicado una de las mayores injusticias existentes" comentaba" contaba Félix Martín.

Convenio internacional de protección de apátridas

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial quedó clara la necesidad de una acción internacional para proteger a las personas apátridas y por ello se aprobó la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas, también conocida como Convención de 1954, que es un tratado internacional muy importante porque garantiza el respeto a los derechos humanos para los apátridas. Sin embargo, tiene dos problemas:

  • No se han adherido todos los países del mundo. 97 países: Estados Unidos, Rusia, China; India, gran parte de los países de África Central y la mayoría de los países de Asia no se han adherido.
  • De qué nos sirve que un país haya ratificado un tratado si luego ese país no regula un procedimiento para reconocer a una persona como apátrida.

El artículo 1 de la Convención 1954, establece que para que una persona sea apátrida no consta como nacional en ningún Estado, conforme a su legislación.

Causas de ser apátrida

Es falso que las migraciones internacionales son la principal causa de este fenómeno, la mayoría de las personas no han salido nunca del territorio del Estado en el que han nacido y pese a ello, no tienen su nacionalidad. Ante esto, el Informe ACNUR 2017 saca tres conclusiones:

  • Más del 75% de las poblaciones apátridas conocidas en el mundo pertenecen a grupos minoritarios dentro de otro país.
  • La discriminación basada en la etnia, la raza, la religión o la lengua, es una causa recurrente de apátrida en el mundo. En algunos caso, la discriminación de las minorías está prescrita en la ley: al menos 20 países mantienen leyes de nacionalidad en las que ésta se puede denegar o retirar de forma discriminatoria.
  • La apatridia afecta mucho más a las mujeres que a los hombres.

Normalmente, las personas adquieren su nacionalidad de forma automática al nacer, ya sea a través de sus progenitores o del Estado en el que nacen, esto es lo que sucede en España. Sin embargo, uno o varios de estos factores pueden llevar a la apatridia:

  1. La discriminación por raza, etnia, religión, idioma, género. La exclusión de grupos específicos del conjunto de la ciudadanía por motivos discriminatorios se vincula con la existencia de la apatridia prolongada, y a gran escala en el país de nacimiento. Los Estados también pueden privar a sus ciudadanos de su nacionalidad a partir de modificaciones en la legislación, elaboradas con un criterio discriminatorio que pueden convertir a poblaciones enteras en apátridas conocidas en el mundo pertenecen a minorías.
  2. La discriminación por género en las leyes de nacionalidad es una de las principales causas de la apatridia infantil. En 25 países, la legislación no permite a las mujeres transmitir su nacionalidad en igualdad de condiciones con los hombres. Por este motivo, muchos niños y niñas pueden convertirse en apátridas si su padre también lo es, o en el caso de que se desconozca quién es el padre, o que este desaparezca o fallezca.
  3. Las lagunas en la legislación en materia de nacionalidad también tienen una importante incidencia en la apatridia. Todos los países cuentan con leyes que establecen las circunstancias en las que una persona adquiere su nacionalidad o puede serle revocada. Si esta legislación es redactada de forma cuidadosa y no se aplica correctamente, algunas personas podrían quedar excluidas y convertirse en apátridas.
  4. La aparición de nuevos Estados y las modificaciones de fronteras también es otra causa. En numerosas ocasiones existen grupos específicos que podrían quedarse sin su nacionalidad. Incluso en los casos en los que los países nuevos contemplen que todos puedan obtener su nacionalidad, las minorías étnicas, raciales y religiosas muchas veces encuentran dificultades a la hora de demostrar su vínculo con el país. En aquellos países en los que la nacionalidad se adquiere al ser descendiente de una persona nacional de ese Estado, la apatridia pasará a la siguiente generación.
  5. La apatridia como sanción. También puede ser el resultado de la pérdida o la privación de la nacionalidad. En algunos países los ciudadanos pueden perder su nacionalidad simplemente por haber residido fuera de su país durante un periodo de tiempo prolongado.
  6. Por la propia vulnerabilidad de algunos colectivos. Grupos de personas que viven en situaciones de marginación y de gran pobreza y que no inscriben el nacimiento de su hijo en ningún registro. No tienen documentación. Muy común en grupos de población en África Central.
 

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