Bendecir

Madrid

Ayer hablábamos de la interjección ojalá, que de invocación divina pasó a expresar un deseo laico. Y hoy hablamos del verbo bendecir, que transitó justo el camino contrario. Porque bendecir, etimológicamente, significa lo aparente, decir bien de alguien, alabarlo, ensalzarlo, y de ahí pasó al ámbito religioso. Como verbo, es un verbo maldito, a pesar de su ADN. Aunque tiene el mismo aroma que el verbo decir, su participio no es 'bendicho'. Es uno de los pocos verbos en español con doble participio, bendecido o bendito.

Históricamente se reservó el participio irregular para adjetivos y sustantivos y así poder referirnos a un bendito día de vacaciones o decir de un niño bueno que es un bendito, por ejemplo. Mientras el participio regular se reservaba exclusivamente para la formación de tiempos verbales compuestos. Por eso lo correcto era decir, por ejemplo, que el papa ha bendecido y no que ha bendito a alguien. Hoy, sin embargo, vemos en el diccionario en línea de la RAE que ambas formas serían admitidas: ha bendecido o ha bendito. Este verbo está también en la raíz de varios nombres propios, Benedictos y Benedictas, unos 5000, Benitos y Benitas, cinco veces más, incluso de algunas personas que se apellidan Biendicho. Y hasta aquí puedo decir sobre el verbo bendecir antes de que me maldigas.