Juan tenía 30 préstamos antes de que le tocara el Gordo: así te cambia la vida llevar más de un décimo del número de la suerte

Madrid

Dicen que un solo décimo del Gordo de la lotería de Navidad no te cambia la vida pero depende en gran medida de lo que esperes de ella. Si lo que deseas es dejar de trabajar, el premio se queda corto sin duda pero si lo que quieres es —simplemente— vivir más tranquilo, ese dinero cumple su objetivo. Juan abrió hace más de 40 años un gimnasio en Roquetas de Mar (Almería) y allí sigue trabajando pero desde que le tocó el Gordo el año pasado reconoce que su vida ha cambiado mucho.

Todos los años Juan y sus amigos comparten décimos de la lotería de Navidad. Cada uno aporta un número y el año pasado el de Juan era el 05490, el Gordo: "Yo me quedé con otro así que yo fui el más afortunado de todos porque además de que compartía tenía uno para mí", cuenta. Un día quedaron todos a desayunar y fueron juntos al banco para cobrar cada uno lo suyo: "Lo pasamos bien", recuerda y adelanta que tiene una foto colgada en la pared en la que salen los once con el décimo en la mano.

Descontando los impuestos, Juan ganó algo más de 350.000 euros y un año después no se ha dado ningún capricho. Tenía urgencias mayores: "He aprovechado para no deber tanto dinero como debía. Es que yo me había juntado entre tarjetas, préstamos, hipoteca y demás con cerca de 30 préstamos. Yo ya estoy servido. Me quedan cosas por pagar pero no llevo la vida que llevaba antes, empezando el mes pagando deuda. Es diferente", cuenta aliviado.

Todavía le quedan "un par de pellizquillos" por pagar pero reconoce que "se puede ir llevando más cómodamente". Parte de esas deudas vienen derivadas de los problemas de su nieto: "El niño tiene autismo, requiere ayuda inmediata porque los primeros años son muy importantes para ellos. En Andalucía hay mucha lista de espera [para atención temprana], así que había muchos gastos pendientes entre psicólogos, pedagogos y mucha atención".

"Quizá ella me lo dijo desde arriba"

A Juan lo le encantan los números que tienen muchos ceros pero cuando llegó a la administración no había mucha opción y recordó que a su madre sí le gustaban. "Como nunca me tocaba nada y estaba tan desilusionado dije, voy a echar algo de ceros. Total, nunca me va a tocar. Y vi el número y me llamó la atención porque empezaba por cero y acababa por cero y lo compré. Dije, de todos los feos cojo este que es más bonico, pero sin ninguna ilusión. Creo que fue a finales de noviembre", se esfuerza por recordar. "Quizá como a mi madre le gustaban los ceros ella me dijo desde arriba, Juan, pues te va a tocar".

La misma mañana del sorteo, cuando estaban echando las bolas en el bombo, hablaba con su hija y le comentó lo difícil que es que coincida un número con el premio. Poco después fue a recogerla a un sitio y de camino sus amigos le dijeron que les había tocado: "La sorpresa fue que era el número que yo llevaba".

A sus 64 años, Juan se va "cansando" de su negocio y piensa ya en la jubilación. Libre de deudas, la encara de otra forma y espera disfrutarla "con más tranquilidad". Mientras, sigue quedando con sus amigos para comer, como hacía ya antes de que les tocara el Gordo: "Cuando se tiene un poco de tiempo, hay que ser un poco feliz, pero de momento hay que seguir trabajando".