Cuando estés enfadado, haz justo lo contrario de lo que harías
Nuestro motivador nos trae un decálogo de claves para gestionar las emociones difíciles

Cuando estés enfadado, haz justo lo contrario de lo que harías
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Como todos los miércoles en 'Si amanece nos vamos' tenemos a nuestro Motivador, Francesc Miralles, escritor de éxito internacional, la semana pasada nos daba la guía definitiva para saber qué regalar estas navidades. Ayer nuestro Motivador aparecía en la contraportada de La Vanguardia con un titular que nos dejó pensativos: "cuando estés enfadado, haz justo lo contrario de lo que harías", esto hace que la situación se reconduzca energéticamente. Por ello, hoy tratamos el tema de la ley de la buena vida.
Decálogo para gestionar emociones difíciles
Nuestro Motivador nos coloca encima de la mesa la pregunta de: ¿se puede gestionar de forma positiva una emoción negativa?, la respuesta es que sí, por ello nos da las siguientes claves para poder lidiar con ellas:
- No tratar de rechazarlas, aceptarlas con naturalidad, como parte de la vida. Lo que aceptas, te transforma; lo que niegas te somete", C.G. JUNG. Hay que reconocerlo y no pensar en que es el mundo lo que nos está enfadando, sino que nuestra mirada es de enfado, esto hace que "baje el soufflé", punta Miralles.
- Aplicar el "Worst Case Scenario". ¿Qué es lo peor que podría pasar? La ansiedad es el miedo a lo que pueda suceder y en esta situación es cuando debes aplicar este truco. Cuando tú te pones en el peor de los casos, cualquier cosa parecerá un asunto menos grave.
- Hacerte la pregunta: ¿tendrá importancia de aquí a un año? Si la respuesta es no, descartar (Richard Carlson). Esta pregunta te la tienes que hacer cuando estés muy preocupado o cabreado para relativizar sobre el problema que te estás planteando.
- Aceptar que nadie es perfecto, como tampoco lo es la vida. Filosofía de Wabi-Sabi, que se llama la belleza de la imperfección, esto hace que te muestres más tolerante y más comprensiva con lo que ocurre. No exigirnos mucho a nosotros mismos, ni tampoco a los demás.
- Seguir el pensamiento estoico: ¿depende de mí o está fuera de mi control? Gran parte de los problemas se solucionan de inmediato cuando delimitas si el asunto depende de ti o está fuera de tu control. Si no depende de nosotros mismos, dejas de luchar contra eso porque no tienes la capacidad de cambiarlo, lo que sí puedes modificar es la forma en la que te lo tomas.
- Diferenciar lo que sientes de la realidad. No creas en todo lo que piensas, es el filtro que estás aplicando para ver la vida.
- Llevar la atención a otra cosa. Al principio será difícil, pero es cuestión de entrenamiento.
- Hacer el duelo con rapidez. El futuro que arranca desde el presente sana el pasado. Hay que evitar quedarse anclado en algo donde has fallado,
- Evitar las personas carroñeras. No hables con ellas de aquello que te duele. El ambiente es muy importante y hay que rodearse de personas que no amplifique ese dolor.
- Lo contrario es lo conveniente. Hacer lo contrario a lo que harías cuando estés enfadado, porque esto hará que se cambie la energía. Al final las emociones son contagiosas y aunque tu creas que no corresponde, puede que cambie a una situación mejor.




