Feliz
"Nombramos lo que tiene felicidad, un niño feliz, y lo que causa felicidad, que es lo que expresamos al desear un feliz cumpleaños"

Si tuviéramos un contador de palabras, el adjetivo feliz sería la palabra más pronunciada en estos días. Es heredera del felix latino, que como otras palabras de ese idioma intercambió la x final por z en su paso al castellano, como sucedió con matriz, de matrix, o actriz, de actrix, por ejemplo. Originariamente, ese felix latino nombraba específicamente lo fértil, lo fructífero. Más tarde pasó a nombrar la sensación que producía lo fértil y lo fructífero en una sociedad que vivía de los frutos de la tierra.
Hoy, con la palabra feliz nombramos lo que tiene felicidad, un niño feliz, y lo que causa felicidad, que es lo que expresamos al desear un feliz cumpleaños. Pero también hemos extendido el sentido a pensamientos, frases o expresiones acertadas, una idea feliz, o a lo que nos ocurre con felicidad: un viaje, un encuentro o una temporada de radio feliz. Todos conocemos a personas que llevan la felicidad en su ADN y seguramente también a otras que lo llevan en su DNI: Félix, Felisas, Felicianos y Felicianas, Felicísimos y Felicísimas, y Felicitas y Felicitos, que de todo hay. Y hemos de sentirnos felices por la decisión de nuestros antepasados de nombrar la cosa en latín y no en griego, idioma en el que la felicidad era eudaimonía. Su hija eudemonía está en el diccionario, pero si a alguien se le ocurre desearnos estos días una eudemoniada Navidad se nos puede atragantar el turrón.




