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De "Se necesita francotirador" a "Se vende coca": un grupo de Telegram para protestar en Ferraz se convierte en un canal de venta de droga a domicilio

Un grupo de usuarios de un canal de Telegram de un agitador político decidió crear otro alternativo para promover protestas "no pacíficas" ante la sede del PSOE. Apenas un mes después, el canal cambió de objetivo y se centró en captar compradores de cocaína, pastillas y MDMA, entre otras drogas.

Una de las publicaciones del chat en el que se hace una supuesta oferta de empleo en la que se busca un "francotirador"

Un vídeo viral del humorista Facu Díaz en el que repasaba algunos comentarios leídos en el canal público de un agitador político picó la curiosidad de muchos usuarios de izquierdas, que se unieron a la conversación y empezaron a confrontar los argumentos de la derecha y la ultraderecha. Suscriptores descontentos con esta deriva y ansiosos por pasar a la acción compartieron un enlace para unirse a un nuevo grupo con el que “organizar protestas no pacíficas”. Su nombre: Guerrillas ESP. Su foto de perfil: una bandera de España con el águila bicéfala y una cruz celta neonazi en el centro.

A mediados de noviembre, en su punto más agresivo, el grupo era un vertedero de simbología fascista, mensajes de odio y llamadas a delinquir, pero nada se tradujo en acción concreta alguna. “Oferta de empleo: se necesita francotirador”, se leía en una imagen sobre una bandera de España. “Me ofrezco, tengo experiencia en caza y hago el trabajo gratis”, respondía un usuario. “Hay que sacar la violencia o no pasará nada. Matar policías. Matar políticos”, decía otro. “Un tiro en la frente es lo que se merece”, escribía un tercero tras la investidura de Pedro Sánchez.

Uno de los mensajes en los que se alentaba a protestar ante la sede del PSOE.

Uno de los mensajes en los que se alentaba a protestar ante la sede del PSOE.

En el chat también se compartían estrategias para enfrentarse a la policía y se proponían lugares a los que trasladar las protestas. Algunos suscriptores se quejaban de que en sus ciudades no se replicaban las movilizaciones de Madrid, y aprovechaban el foro para buscar, sin éxito, personas con las que organizarlas. Por seguridad, los mensajes desaparecían pasadas 24 horas y las capturas de pantalla no estaban permitidas en la aplicación móvil.

En diciembre la participación en el grupo era ya muy escasa. Igual que las protestas en las calles, el debate decayó. En las últimas semanas, se sucedieron pequeños piques entre los participantes y críticas al administrador por no echar del grupo a varios usuarios que habían entrado para 'trolear' la conversación. El administrador hacía días que no se pronunciaba.

El 24 de diciembre por la mañana el grupo de Telegram Guerrillas ESP había cambiado su nombre por el de Cokke en Madrid y sustituido la bandera nazi-fascista de su perfil por el icono de un camión de reparto. El único mensaje en el grupo, enviado por el administrador, era un enlace para acceder a un grupo privado de venta de droga a domicilio. Un canal con algo más de 200 suscriptores donde se comparten listas de precios de cocaína, MDMA, cocaína rosa y pastillas, fotografías de los productos, y las instrucciones para hacer el pedido.

Las imágenes de sustancias ofrecidas en el chat.

Las imágenes de sustancias ofrecidas en el chat.

De los más de 900 miembros que llegó a tener el grupo, hoy quedan algo más de 600. Casi nadie escribe ya, solo el administrador recordando los enlaces al grupo donde se vende la droga. Por ejemplo, el 26 de diciembre, solo dos usuarios intervinieron. “Feliz navidad para todos y un próspero año 2024”, dijo uno. “Y blanca navidad, ya tú sabes”, le contestó otro.

Carlos Sevilla

Carlos Sevilla

Periodista en la sección de Economía, donde cubro la información sobre consumo, energía y el sector...

 
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