Ramón García: "El año que yo no doy las campanadas se jode el país"
Pablo Tallón entrevista al presentador Ramón García
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Madrid
Ramón García no se considera un "presentador al uso". Ramontxu, como le conoce gran parte del país, es ya prácticamente un miembro de la familia que se sienta en la mesa cada nochevieja. Lleva 20 años, ni más ni menos, presentando las campanadas. García confiesa en Hora 25 con Pablo Tallón que, a pesar de la experiencia, aún sigue poniéndose "nervioso" antes de cada retransmisión. Las de 2024 serán sus campanadas número 20: "Este año se cumplen 15 en Televisión Española y 20 de todas las que he hecho en televisión". Y si algo no puede faltar para la entrada de año, esa es su mítica capa. Un elemento que, asegura, trae buena suerte: "El año que yo no doy las campanadas se jode el país".
Cuenta el presentador que las campanadas son la retransmisión "más difícil" que hay en la televisión. Para él, es "un trabajo" que forman parte de su vida profesional. Se lo propusieron por primera vez en 1994, aunque el presentador lo rechazó: "Se quedaron extrañados porque nadie dice que no, pero mi hermana venía de Colombia después de 5 años". Al año siguiente se lo volvieron a proponer y aceptó. Fueron las campanadas de 1995 y las di con Ana Obregón.
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Desde entonces, Ramontxu se ha convertido en un icono de la nochevieja. Al presentador le gusta estar involucrado en todo el proceso, tenerlo todo controlado, como la iluminación, el sonido o la realización. "Hay una cosa que permanece inalterable desde las primeras campanadas que yo cree con Miguel Cruz, que en ese entonces era el director", explica. Habla del momento "más importante" de la noche, la baja de la bola con el carrillón y los cuartos. "Lo que buscábamos era que no pudiera haber ninguna confusión, que se viera el reloj. Nosotros teníamos que desaparecer y poner nuestra voz en off", cuenta. Una tradición que se ha mantenido desde entonces.
¿Pero cómo vive ese día? "Es un día bastante normalito", confiesa. Se levanta, hace deporte, pasa la mañana en casa y sobre las siete de la tarde se marcha a la Puerta del Sol. Una vez allí repasa el guion y cumple con una curiosa tradición: saludar al resto de compañeros que darán las campanadas desde otras cadenas. Lo hace desde hace años. "Siempre me gusta saludar a todos los que van llegando por ahí. Todos han llegado después de Ramontxu", señala. García disfruta haciendo "de anfitrión". "Sobre todo porque yo doy mucho valor a todas las personas que se ponen delante de una cámara para hacer esto en un día tan importante. Es complicado y la gente lo pasa regular. A mí me gusta darles un poco de tranquilidad", cuenta.
Hay campanadas fáciles, pero también complicadas. "Me ha tocado llegar ahí un año después de haber conocido un asesinato machista. ¿Cómo se pone uno ahí sabiendo que han matado a una chica hace horas? Hay que contarlo y hay que decirlo. Hay que reivindicar cosas desde la Puerta del Sol, siempre sin perder el equilibrio", sostiene Ramontxu. El presentador llama a la reflexión dentro de la propia fiesta de la nochevieja, ya que, recuerda, hay mucha gente que pasa esa noche sola.
Ramón García dará la bienvenida al 2024 junto a la cantante Ana Mena y la futbolista y campeona del mundo Jennifer Hermoso. "Tengo a dos grandes a mi lado, muy jóvenes. Ana Mena no había nacido cuando di las primeras campanadas y Jenni tenía cinco años. No te digo más", confiesa. El presentador acalla rápido las quejas sobre la presencia de Hermoso: "Es una campeona del mundo. Es una imagen reivindicativa y fundamental en los tiempos que corren en términos de igualdad. La gente se pregunta por qué está ahí. Joder, te parecerá poco campeona del mundo". También tiene palabras para Mena. "Es una de las mejores cantantes con proyección internacional. Ha sido nominada como una de las mejores artistas del año", señala.
El presentador insta a que no se juzgue tanto a las personas. "Tanto Ana como Jenni tienen muchísima ilusión. No seamos tan banales de criticar a una mujer por un vestido o por la ropa que lleve o que deje de llevar", dice. Da por hecho que a él también le darán "el coñazo" con su famosa capa. "Este año también se van a meter conmigo por la ropa. Ahí lo dejo".
Y con el 2024 ya en marcha, empezará "la descompresión". Ramontxu tomará algo con sus compañeros, recogerá a sus hojas y se irá a casa. "Cuando esté solo me abriré mi botellita de vino. Leeré un poco y haré una reflexión de cómo ha ido todo", cuenta. Al 2024 Ramontxu le pide "salud", también "trabajo y paz".
Lydia Ramón Espinosa de los Monteros
Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster en Periodismo por la Escuela UAM - EL...