"Como sociedad también nos olvidamos de estos niños": el problema histórico de la violencia de género que afecta a los hijos de las parejas maltratadas

Carles Francino ha iniciado La Ventana de este martes hablando sobre aquellas cosas que "no tienen explicación". Lo ha hecho para hacer referencia a la noticia recientemente conocida del supuesto asesinato de un padre a sus dos hijos y su posterior suicidio. Pero en realidad, de confirmarse la versión de los hechos, el motivo es obvio: "Hacerle a la madre tanto daño que sea incapaz de resarcirse nunca", ha explicado el presentador para introducir un concepto que, por desgracia, está más presente que reconocido en nuestra sociedad: la violencia vicaria.

Para definir este término, la psicóloga experta en violencia de género, Alba Alfageme, ha asegurado que "es aquella forma más extrema, más perversa de violencia de género, que en el fondo lo que busca es dejar a las madres muertas en vida". Un fenómeno que es aún muy difícil de detectar y aún más de prever: "Más del 80% de estas situaciones de violencia no son denunciadas no porque las mujeres no quieran denunciar sino porque el proceso judicial es muy duro". Además, ha añadido que en muchos casos las madres temen dejar a solas a sus hijos con los padres en caso de separación.

De este modo, la sociedad aún está muy lejos de poder ofrecer una solución eficaz a este problema, de modo que "estamos en una deuda social con la infancia porque nos ha costado mucho tiempo tomar conciencia de este problema estructural que tenemos", ha afirmado Alfageme. "Como sociedad también nos olvidamos de estos niños". Pero esto no es un fenómeno nuevo, sino "un fenómeno histórico que siempre ha ido vinculado a la violencia de género".

La falta de recursos judiciales

Cuestionada sobre las herramientas jurídicas de estas mujeres a la hora de poner fin a estas situaciones en las que sus hijos pueden estar en riesgo, la psicóloga ha lamentado que aún tengamos "un sesgo bastante patriarcal de análisis de situación" a la hora de evaluar los casos. "Aún está muy presente la idea de que un maltratador puede ser un buen padre", algo que la psicología cada vez está desmontando más firmemente.

En vez de eso, deberíamos escuchar a aquellos "niños y niñas que son ya mayores de edad y que explican cómo fue y qué doloroso fue tener que estar a solas con sus padres cuando sabían que eran maltratadores". Alfageme ha destacado la importancia que tiene el hecho de que estas víctimas de la violencia vicaria estén alzando la voz por lo importante que es visibilizar el problema. "El silencio no cura", ha concluido la experta.

Porque al final, nuestra prioridad como sociedad debe ser "el bienestar de los niños", esos mismos a los que durante mucho tiempo hemos dado la espalda: "Aún cuesta encontrar servicios especializados que den atención específica a los hijos", ha argumentado. Algo que también debería aplicarse para las madres que ya hayan sido víctimas de este tipo de violencia. "Jurídica, legal, social y económicamente se ha hecho muy poco aún y aún queda mucho por reparar a estas mujeres".