La primera parte de la semifinal de Supercopa de España disputada entre Barça y Osasuna tuvo una clara jugada polémica que envolvió a Alejandro Catena, defensor del cuadro navarro, y a Raphinha, delantero azulgrana (que terminó abandonando el terreno de juego por una lesión). Pasada la media hora de partido, los pupilos de Xavi recuperaron un balón en campo contrario y el balón le llegó a Raphinha. Condujo el esférico con su pie izquierdo y, antes de plantarse en un mano a mano con Sergio Herrera, Catena hizo una falta que terminó con el jugador brasileño en el césped. La jugada fue peritada con cartulina amarilla, pero el VAR revisó que no fuera una roja directa por tratarse del último defensor antes de que el delantero encarase al guardameta de Osasuna. Esta acción provocó el enfado en muchos jugadores del Barça, puesto que, para ellos, el jugador debió ver la cartulina roja directa al tratarse del último delantero del Barça. Iturralde González lo analiza diciendo que se trata de una de las jugadas más difíciles para un colegiado por un tema de perspectiva. «Desde ahí abajo, cuando corres detrás de los defensas, no tienes la perspectiva que te puede dar una cámara cenital. Lo ves mucho más claro de esa manera que estando en el campo», asegura el analista arbitral de la Cadena SER. Por ello, para él ninguno «puede tener la verdad absoluta en esa jugada» porque todas las interpretaciones son ciertas. «Es una jugada para demostrar lo difícil que es arbitrar», dice. Por lo tanto, es correcto el pensamiento de quienes aseguran que Catena debió ver la roja directa por tratarse del último defensor antes de que Raphinha encarase a Sergio Herrera. Por otro lugar, también es correcto el pensamiento de quienes aseguran que debió ver la cartulina amarilla porque otros defensores podían correr más que el extremo e interceptar esa jugada antes del mano a mano. «100% no estoy seguro, por lo que hay que apoyar la decisión del árbitro», finaliza diciendo Iturralde González. El partido lo inauguró Robert Lewandowski tras rematar un buen pase filtrado de Ilkay Gündogan. Los futbolistas de Osasuna se comieron al árbitro pidiendo una falta previa de Christensen sobre José Arnáiz. El danés conectó rápido con el alemán y ahí apareció el delantero azulgrana para abrir el electrónico. Acto seguido, el colegiado se echó la mano al pinganillo, pero Del Cerro Grande no le avisó para que fuera a verlo al monitor. Iturralde González, en «Carrusel Deportivo» explicó que no ve que el jugador del Barça meta la rodilla en la repetición que emiten. Por lo tanto, juzga en función de un plano en el que no se ve muy bien si es falta o no. Dani Garrido quiso destacar un hecho preocupante en el VAR y es que dependiendo del colegiado que esté, el colegiado llama más o menos y eso es una evidencia. Iturralde González concluyó diciendo que, para él, «Del Cerro Grande es el mejor árbitro que ha habido en España en los últimos 10 o 15 años, pero en el VAR no es bueno».